1. «Carne fresca» recibe su segundo pedido


    Fecha: 07/09/2024, Categorías: Dominación / BDSM Gays Intercambios Autor: Gavin, Fuente: SexoSinTabues30

    ... descontroladamente. Les rogué que pararan.
    
    – ¿Estás más tranquilo ahora? -preguntó Mateo, el lindo.
    
    Asentí.
    
    – ¿Te hiciste la paja alguna vez, chiquito?
    
    Como me habían dicho, negué con la cabeza.
    
    – ¡Vas a ver cómo te gusta!
    
    Mateo acarició mis testículos hasta que llegué a la erección. Félix, tomándome por la nuca, sostenía en mi cabeza elevada para que yo pudiese apreciar lo que el otro me estaba haciendo.
    
    Cuando ya me acercaba al orgasmo, hice un gemido de advertencia. Sabía que así el padre enfocaría un primer plano de mi pene. Exageré el placer, simulé gemidos ahogados, mientras arqueaba convulsivamente mi pelvis. Finalmente, unos chorritos de semen salpicaron mi vientre. Los dos hermanos se acercaron a mirar satisfechos mi esperma.
    
    Mateo tomó con un dedo el que se había acumulado en mi ombligo y lo puso en la boca de su hermano.
    
    Los dos sonrieron a la cámara y dijeron al mismo tiempo:-¡Y ahora es nuestro turno!
    
    (Corten)
    
    – ¿Y cómo salió la toma? – preguntó Félix a su papá.
    
    – Muy caliente. Ese chico es talentoso – dijo el hombre- Y ustedes, geniales como siempre.
    
    – ¿Vos que decís?- me preguntó Mateo mientras me desataba.
    
    – Espero que el público se crea lo de que esta era mi primera paja.
    
    – ¿Desde qué edad te la hacés?
    
    – Desde los once, ¿ustedes?
    
    – Nos pajeábamos uno al otro desde los diez.
    
    – ¿Cómo? –dijo el padre, sorprendido.
    
    – ¡Vos no te enterabas de nada, viejo! En cuanto apagabas la luz de nuestro cuarto, uno se metía en la cama del otro y hacíamos todo lo que habíamos visto mientras mirábamos porno.
    
    – ¿A los diez ya miraban porno?
    
    – ¡Desde antes!- dijeron riéndose.
    
    – Mejor sigamos filmando.
    
    En la siguiente escena, Mateo estaba acostado en la cama y yo le hacía sexo oral, mientras Félix metía sus dedos en mi ano lubricado. Primero el índice, después el dedo medio, finalmente los dos juntos…
    
    Los gemidos de Mateo no eran fingidos. Yo me había convertido en un maestro del arte de hacer disfrutar a otros de ese placer y al tratarse de un adolescente en plena ebullición, me fácil enloquecerlo.
    
    Lamidas largas y breves. Exploración intensa de sus testículos, besos suaves en la cabeza de su pene… ¡si en el colegio esas fueran las materias yo habría sido un alumno destacado!
    
    Mateo golpeó suavemente el colchón con la mano, lo que era la señal prevista para aproximar la cámara. Le saqué el preservativo y su eyaculación me dio de lleno en la cara.
    
    Félix me había tomado por las caderas y sentí cómo me penetraba. Era bastante bestia. Y no había puesto suficiente lubricante.
    
    Mateo me acariciaba cariñosamente la cara y se dio cuenta de que yo estaba lagrimeando.
    
    -¡Corten- le ordenó a su papá.
    
    -¿Qué pasa? – se enojó Félix – que me seguía penetrando.
    
    – ¡Lo estás lastimando, pelotudo! ¡Soltalo!
    
    Medio se pelearon. Les pedí que se calmaran y le rogué a Félix que si me iba a coger me pusiera más gel. Me estaba lastimando.
    
    Mateo me rodeó cariñosamente los hombros con ...