1. Sumisa


    Fecha: 03/09/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Mozo gallego, Fuente: TodoRelatos

    ... sabes que no te he dado permiso para correrte. Ni para parar. Me acerco a la cama y me inclino hacia ti, mi cara cerca de la tuya. Noto tu aliento. Una ligera sonrisa se dibuja en mis labios. Sabes que no vas a aguantar mucho más, sabes que, a tu pesar, vas a incumplir mis órdenes y sabes que te tocará un castigo por hacerlo. Pero no puedes evitarlo, la situación te supera. Antes que mi sumisa eres una perra, y tu cuerpo vive por estos momentos.
    
    Cuando el orgasmo te acecha y estás a punto de rendirte a él te cojo de la muñeca y saco tu mano húmeda de tus braguitas. Beso tus labios. He decidido ser benévolo y hacer por ti lo que tú eres incapaz de hacer por ti misma. Todavía no hemos acabado de jugar. Me llevo tus dedos a la boca y los lamo. Delicioso, como siempre. La humedad ya ha sobrepasado tus bragas y se ha esparcido un poco por las ingles. Bajo hacia ellas y las lamo muy despacio. Primero una… luego la otra… Luego la primera de nuevo… Rozando tu coño, pero sin llegar a tocarlo. Tu respiración empieza a agitarse otra vez.
    
    “Por favor…” susurras.
    
    Plaf. El sonido de la bofetada rompe la atmósfera creada. Un segundo de silencio. Te muerdes el labio, avergonzada. Has desobedecido. Te has perdido en el momento y has olvidado tu obligación más importante: obedecer a tu amo. No has sido capaz de mantener el silencio exigido en la sesión de hoy. Has fallado.
    
    “Levántate”, digo. Obedeces pronto y sin rechistar. Por lo menos te propones no hacer mayor el daño. Te señalo la pared. Sin necesidad de decir nada apoyas las palmas contra la pared y pones el culo en pompa. La posición de castigo que ya conoces bien y que de momento no parece que vayas a poder olvidar. Me remango. A pesar de todo me lo he pasado bien. Por esa razón decido utilizar únicamente las manos. “Uno”, dices cuando el primer azote hace contacto con tus nalgas. “Dos, tres, cuatro…” Sigues, centrada en la cuenta. Sin gemidos y sin quejas. Sabes que si pierdes la cuenta volveré a empezar y la próxima vez será mucho peor. Una buena chica sigue las instrucciones. Una buena chica obedece a su amo y trata de complacerle en todo. Como no has podido seguir las instrucciones no eres una buena chica. Tal vez con esto consigas redimirte.
    
    “Veinte”, acabas cuando doy el último azote. Tus nalgas están enrojecidas, con ese rojo que, al fin y al cabo, les sienta bien. La marca de la disciplina. Tiro de tu pelo y pego tu cuerpo al mío. Inhalo el olor de tu cuello y agarro tu teta izquierda, estrujándola. Sueltas un pequeño quejido que al instante reprimes.
    
    “¿Qué tienes que decir en tu defensa, perra?”, susurro en tu oído.
    
    “Perdóname, amo… No he sido una buena sumisa. Si mi amo me lo permite, la próxima vez lo haré bien.”
    
    Pellizco el pezón de la teta que tenía apretada. “Eso espero. Si la próxima vez no sigues mis instrucciones al detalle, el castigo será mucho peor. ¿Entiendes?” Asientes con una pequeña mueca de dolor. Pellizco más fuerte. “¿Entiendes?” “Sí, amo”, dices al fin. ...