1. Un desenlace. Un encuentro


    Fecha: 25/09/2019, Categorías: Lesbianas Autor: Sur, Fuente: TodoRelatos

    ... bonita relación . Se llama Elisa
    
    Le di un trago largo a la botella y me quede sin decir nada.
    
    -Es que te comieron la lengua los ratones?! No pensaste que podía gustarme una mujer a mi también
    
    -No Cata para nada. Es que… creí que lo tuyo eran los chicos 100%
    
    -Yo también pero siempre sentí curiosidad. En parte por ver el amor que se tenían vos y mi hermana. Elisa y yo fuimos muy felices, experimenté sensaciones nuevas y hermosas con ella pero siento que quizás estoy enomorada de otra persona
    
    La situación se hacía un poco más incómoda, tensa o inestable. No sabía muy bien donde podía derivar y el alcohol se me estaba subiendo bastante.
    
    -No me preguntas quien es esa persona Manu?
    
    - Quizás lo mejor sea que vuelva al hotel…
    
    -Es imposible?!! No te pasa nada cuando te enteras de esto?
    
    -Cata que me decís, sos la hermanita de mi ex pareja!
    
    -No soy la hermanita. Soy la hermana adulta, que te está confesando algo. Decime que no te gusto, que no te atraigo y no pasa nada
    
    -Es que no se puede Catalina. No me gustas !
    
    -Es tan mentirá eso como que la luna es roja
    
    -Es que no importa ya, no se puede.
    
    Me voy al hotel
    
    Me di media vuelta y empecé a caminar, mientras lo hacía en la oscuridad, Catalina me tomo de la mano y me arrastro a correr con ella. Sentía como su juventud rugía y hecho a correr junto a ella. Nos detuvimos con nuestros pechos agitados y nos dimos un beso, un beso lleno de pasión, respiraciones y caricias. Me tomo de la mano y volvió a correr . La seguí, se metió en un acantilado donde había un colchón tendido en el piso.
    
    Se sentó y me pidió que me sentase junto a ella. Habíamos dado el primer paso, era muy tarde para retroceder. Nos besábamos como dos adolescentes, las lenguas bailaban una en la boca de la otra, la saliva se iba volviendo más y más espesa a medida los minutos pasaban y no lográbamos despegarnos. En medio de esa danza nuestras manos tocaban otra sinfonía. Sobre la ropa nos manoseábamos, primero nuestros pechos, sentíamos cómo se ponían duros los pezones, las tetas, bajábamos las manos por nuestros vientre y nos tocábamos la concha con nuestra ropa interior. La sentíamos más y más húmeda y se nos escapaba algún jadeo fuerte.
    
    La lujuria nos envolvía. Le arrebate el vestido y me quede mirándola. Le pase un dedo por su cuerpo esculpido. Me quite el mío y ella se pegó a mi cuerpo, besándome el cuello. Nos quitamos el corpiño. Pude sentir sus pechos fríos hinchados, los pezones duros y erguidos que se encontraban con los míos. Suspiramos de placer al jugar un rato con nuestras tetas mientras nos besábamos y mordisqueábamos. Catalina bajo su mano y de un tirón rompió la tanga que llevaba puesta, hizo lo mismo con la que llevaba ella. Quedamos entonces completamente desnudas. La recosté y comencé a besarla nuevamente, suave, desde su cuello, pasando por sus pechos, su vientre hasta llegar a su entrepierna. Su concha olía a rosas, pose mi lengua y la lamí como si fuera una paleta, jugueteaba ...