1. Sábado de gloria con papá


    Fecha: 28/08/2024, Categorías: Incesto Autor: Alexandra Love, Fuente: CuentoRelatos

    ... más importante para mí era que había sido desvirgada, ahora mi forma de ver a los hombres era muy distinta, irradiaba una sensualidad y lujuria que inquietaba a cuanto hombre me veía pasar, me gustaba coquetearles y ponerles nerviosos con la mirada cachonda que se me daba de forma natural. El vínculo que yo tenía con mi papá era más como de un familiar lejano, le tenía mucho cariño, pero no sentía el apego que una hija puede sentir para con su padre con naturalidad, era algo más distante y quizá por ello cada que lo veía me sentía nerviosa, con un fuerte anhelo por abrazarle y convivir con él. Al bajar del autobús, mientras me entregaban mi maleta, pude ver a un hombre de 44 años, tez clara, aproximadamente de 1.78 m. de estatura, muy fornido, peinado hacia el frente con un copete estilizado que le daba un toque de juventud y con barba de tres días. Vestía una playera negra casual de manga larga, la que llevaba ligeramente arremangada y los tres botones del pecho los llevaba sueltos, también vestía pantalón de mezclilla azul oscuro y botas cafés casuales. Él hombre que se me quedó viendo directo a mi culo bien formado, sentí como si quisiera meter su mano por el huequito que se me forma en la entrepierna, recorría mi cuerpo con una mirada lasciva, desde mis tacones altos y negros, pasando por mis deliciosas piernas, mirándome el culo como si me penetrase con la mirada, observó mi abdomen plano y mi ombligo descubiertos, los senos casi se salían de mi blusa, sentí mis pezones rositas muy duros y excitados, mi cabello un poco alborotado por el viaje y mis labios carnosos con labial rojo. Sí, ese hombre que me estaba viendo con unas tremendas ganas de meterme la verga era mi papi. Me puse muy nerviosa y con mi voz dulce y sensual me acerqué y lo saludé.
    
    —¡Hola papá! —Él se me quedó viendo un poco extrañado, como si le costara trabajo reconocerme, quizá por lo provocativa y maquillada que me veía.
    
    —¡Hola princesa! ¿Cómo estás? ¡Cuánto tiempo sin verte hija! —Me dijo mientras nos dábamos un cálido abrazo y un beso en la mejilla, manchándolo con mi labial rojo.
    
    —Deja te ayudo con la maleta.
    
    —Sí, gracias papá, vengo un poco cansada del viaje y tengo hambre.
    
    Entonces él me propuso que fuéramos a un restaurante de comida china, ya que me gusta mucho y quería consentirme.
    
    Llegamos a la camioneta de mi papá, y me abrió la puerta muy cortésmente. Nos dirigimos al restaurante, pude notar que él no dejaba de mirarme las piernas y los senos, cada que yo apartaba la vista para admirar la ciudad por la ventana de la camioneta, él aprovechaba y se deleitaba viendo mi hermoso cuerpo de jovencita en plena flor, en más de cuatro ocasiones lo atrapé mirándome y él se sonrojaba y se ponía nervioso.
    
    —Has cambiado mucho papá, me costó trabajo reconocerte cuando bajé del autobús, ya hay que vernos más seguido. —Quise dar lugar a que él dijera algo sobre mi apariencia.
    
    —Sí, la verdad que yo tampoco te reconocía, has cambiado mucho. —Me dijo ...
«1234...28»