1. Sábado de gloria con papá


    Fecha: 28/08/2024, Categorías: Incesto Autor: Alexandra Love, Fuente: CuentoRelatos

    ... anal, estaba dilatada y adormecida de esa zona. Mi padre volvió a ensartar su verga con fuerza, mi cuerpo se cimbraba con cada embestida, endureciendo y alargando mis pezones rositas. Lo hizo repetidamente, de forma frenética e incesante, ahora lo sacaba casi por completo, pero dejaba el glande adentro para poder ensartar más rápido.
    
    —¡Aaaaaaahhhhh! ¡Aaaaaahhhh! ¡Aaaaaahhhh! ¡Me dueleee! ¡Aaaahhhhh! ¡Sigue así papi! ¡Más duro papi! ¡Aaauuu! ¡Aaayyyyy! ¡Ahhhaaaaa! ¡Mmmmm! ¡Aaaahhh!
    
    —¡Qué rico culo tienes preciosa! ¡¿Te gusta que te meta la verga bien duro?! ¡¿la quieres más fuerte?! —El rímel de mis pestañas se escurría, lágrimas negras y saladas rodaban por mis mejillas.
    
    —¡Me encantas papi, te amo! ¡Me gustas mucho! ¡Cógeme! ¡Hazme tuya! ¡Méteme la verga! ¡Has que me duela mucho! —Le incitaba a destrozarme, yo sentía el ano desgarrado.
    
    Entonces mi progenitor, cuya mirada lasciva podía ver por el espejo de aquella habitación, que servía de cómplice a nuestra relación incestuosa. Continuó penetrándome por el culo, pero ahora con todas sus fuerzas, sin ninguna reserva, solo buscando complacerme, causándome un sentimiento de vulnerabilidad, me cogía de forma despiadada como si fuese su objeto de placer. Pude sentir de 4 a 5 penetraciones por segundo. Fue algo hermoso sentirme tan gozada por mi padre, una sensación de vulnerabilidad indescriptible. Me jalaba tan violentamente de las caderas, para ensartarme su verga venosa, que yo solo sentía mi cuerpo yendo y viniendo. Me sentí tan utilizada, a mí solo me quedaba disfrutar como entraba y salía brutalmente de mi ano esa verga deliciosa. Mis senos rebotaban y mis pezones se endurecían y sensibilizaban cada que sentía la punta de su verga chocando en mi vientre. Ser sometida por mi papi era como recibir el amor que me debía después de tantos años de descuido, le estaba cobrando todos los besos, abrazos y caricias que no me dio de chica, solo que ahora los estaba recibiendo como su mujer, su zorra, su puta y sobre todo su princesa.
    
    La penetración se volvió más fuerte y bestial a cada segundo que pasaba, las gotas de sudor de mi padre caían sobre mi culo lubricándome, Eduardo jadeaba de placer y cansancio, yo gemía llorando y gritando.
    
    —¡Aaahhh! ¡Así, papá! ¡Cógeme fuerte! ¡Aaahhhh! ¡Me duele mucho! ¡Aaauuuu! ¡Me lastimas mucho! ¡Aaahhhaaaa! ¡Así, me gusta papi! ¡Aayyy! ¡Me arde! —Yo sabía que ya estaba sangrando porque me ardía mucho, como la vez que fui desvirgada, lo que solo me excitó e hizo pedirle más verga a mi papi.
    
    —¡Cógeme más papi! ¡Te amo papi, que rico me coges! ¡Aaaahhhh! ¡Sí, hazme tu zorra! ¡Destrózame el culo Eduardo! ¡Aayyyy, me duele mucho! ¡Me arde! ¡Aaahhhh! ¡Más rápido amor! ¡Más fuerte papi!
    
    Yo sentía un placer insaciable, era delicioso sentir su verga entrar y salir bestialmente de mi culo ardiéndome, de pronto escuché jadear a mi padre muy fuerte.
    
    —¡Aahh! ¡Aahh! ¡Aahh! —Jadeaba Eduardo, mientras un fuerte chorro de semen caliente me inundaba por ...
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