1. I – ¡Enséñame tú, papi!.


    Fecha: 27/08/2024, Categorías: Incesto Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... papi? … ¡No! papi … ¡Me da mucha vergüenza! …
    
    La hice abrir sus muslos y su conchita sin muchos vellos púbicos, brillaba con los abundantes fluidos que emanaba mi hija, me recosté boca abajo entre sus piernas y me acerqué a su sexo, era pequeñísimo, olía de miel, con mis dedos abrí sus labios mayores y ella gimió ostensiblemente, me fijé que no mi miraba, tenía los ojos cerrados y su rostro parcialmente cubierto por sus cabellos, aferré sus muslos y levanté sus piernas abriéndolas ligeramente, su almejita se abría dejándome ver sus rosáceas carnes y también podía ver el estrecho orificio de su culito.
    
    Mis dedos comenzaron a dibujar los relieves de su coño, para finalizar en su ano, abriendo sus nalgas y haciéndola sentir mi respiración, así una y otra vez, cada vez la escuchaba gemir más y su respiración se hacía afanosa, me di cuenta de que había hecho subir su remera calipso casi hasta su cuello y apretaba sus pezones entre sus dedos, poco a poco comencé a subir lengüeteando su vientre, deteniéndome en su ombliguito, hasta alcanzar sus tetitas, ella alejo sus manos y mi boca empezó a devorar sus senos, su manos volvieron, pero sobre mi cabeza, apretaba mis labios contra sus tetas y gemía con unos chillidos estridentes de gata en celo, su pelvis se movía por cuenta propia, así que baje mi mano a acariciar su encharcada vagina, bastaron unos roces a la hendedura de sexo diminuto y ella convulsiono en un orgasmo desgarrador, sus piernas rígidas, vibraban incontrolables, sus piernas se habían recogido hacia arriba y sus muslos atraparon mi mano estrechamente:
    
    —¡Aaarrrggghhh! … ¡Papi! … ¡Ummmmmm! … ¡Mi Dios! … ¡oooohhhh! … ¡Ssssiiii! …
    
    Había hecho que mi hija se corriera en un espléndido orgasmo, luego se relajó y pude sacar mi mano de entre sus muslos, la sentía que gemía y respiraba afanosamente, con la boca abierta y entrecortada, miraba su vientre con un velo de sudor, sus entrepiernas mojadísima, sus senos que suben y bajan al ritmo de su jadeante respiración, seguí masajeando sus tetas y acariciando su vientre, luego la hice girar y abrí sus glúteos y comencé a comerle el coño desde atrás, deteniéndome a estimular su ano, sentí cuando abrió sus piernas y me dejo un mejor acceso a su almejita, ahora podía meterle parte de mi lengua, ella tenía un clítoris visible y empecé a terminar mis lamidas en ese pequeño pene que ella tenía ahí al extremo de su conchita, cuando sentí su respiración agitarse y el volumen de sus gemidos ligeramente más altos, la hice girar, abrí sus muslos y me pegué a su clítoris como lapa, lamiéndolo, chupándolo y dándole golpecitos con mi lengua, muy pronto la Sole se revolcaba sin control sobre la cama:
    
    —¡Argh! … ¡Umpf! … ¡Umpf! … ¡Umpf! … ¡Papi! … ¡Papitooooo! …
    
    La Sole follaba mi boca totalmente fuera de control mientras corcoveaba sobre el lecho, la dejé y ella se volteó escondiendo su rostro debajo de su almohada, su almejita brillaba y se contraía con vida propia, como pude tire su ropa de cama ...
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