1. El culo de Celeste


    Fecha: 25/09/2019, Categorías: Anal Autor: Geronimo68, Fuente: CuentoRelatos

    ... calaña del que elegí como acompañante…
    
    —Amiguita —dijo Carina—. Eso no podías tan siquiera adivinarlo ni saberlo.
    
    — Tiene razón —le dije— La mujer se entrega y el hombre tiene que medir sus impulsos…
    
    —Vaya si tú los mediste y ocultaste, maldito. Si cuando me di cuenta ya estabas dentro… —dijo Carina.
    
    —Jaaaa!!!
    
    —Carina, querida amiga… pregunto: Si a mí se me ocurriese reincidir… ¿me asesorarías?
    
    —Yo por mi parte si… te asesoraría. Solo que otra cosa no puedo hacer… no tengo con qué! Jajaa!
    
    —Jajajaaa!!! Tonta… Será cuestión de hurgar por los rincones, que algo aparecerá…
    
    —Acaso parezco estar en algún rincón, comenté entre risas…
    
    —Jajajaja! No te había visto!
    
    —Ahora me ves… pero como sigas tan lejos sentada, no habrá manera…
    
    Entonces se acercó para sentarse sobre mis piernas. Comprobé así que pesaba lo que una pluma. Se acurrucó en mi pecho, colgada a mi cuello.
    
    —Por mí no se preocupen —dijo Carina— ya me voy
    
    —Tú te quedas ahí, amiga… te nombré mi asesora y es lo que harás!
    
    Después levantó el rostro y me besó. Nos besamos. Nos acariciamos. Fui magreando sus tetas por sobre la camiseta que tenía puesta. Se la levanté para besar y chupar esas pequeñas naranjas de duros pezones. Pequeñas pero hermosas tetitas. Ya se sentía la excitación en el ambiente. Miré de reojo a Carina y había comenzado a tocarse. La inquieta mano de Celeste bajó hasta mi bragueta y la abrió. Hurgó y encontró lo que buscaba, dejando mi verga afuera.
    
    —Permiso, ya vuelvo… —Sonrió y bajó a chupar.
    
    —Chicos —dijo Carina— ¿Por qué mejor no van a mi cama?
    
    —¿Y tú, no vienes?
    
    —Yo los dejo para que se diviertan. Después… si sobra algo lo tomo! Jijijijii!!!
    
    —Acompáñame, amiguita… Y me pongo seria por un ratito. Yo estoy aquí porque trato de superar una cuestión traumática. Trato de probarme a mí misma. Gracias a que me contaste tu experiencia con Gerónimo, decidí que no por culpa de una bestia que me lastimó, deba renunciar a algunos placeres. Si tú, amiga, has podido gozar… ¿por qué no yo? Además… ya está medio trabajo hecho, ya me lo rompieron! Jajajaaa!
    
    —Que alocada eres, amiga. Me haces reír. Pero tienes razón, es la mejor manera de sacarte la duda y re armarte… re componerte! ¿Tú qué crees, Gerónimo?
    
    —Pues… ya lo dije. Lo último que haría sería lastimar. Si puedo ayudar, bienvenido sea… Será un placer!
    
    —De eso no te quepa duda… jaaajaaa!!!
    
    Fuimos a la habitación y a la cama que me eran familiares. Me acerqué a Celeste para abrazarla, acariciarla y empezar a desnudarla. Ya conocía sus tetitas y fui por el resto. Ya fuera de los pantalones, su físico no decía mucho aunque mal no estaba. Era de pequeña contextura y todo concordaba. Lindas y redondas nalgas también pequeñas. No esperé que ella lo hiciera y me quité mi propia vestimenta. Se acostó con las piernas colgando de la cama. También depilado su pubis, los labios vaginales aparecían apetecibles. Hasta ellos fui para brindarles una lenta y larga primera lamida, de ...