Jugando con Spike, II. - Relatos Eróticos

Jugando con Spike, II.

... solamente tuya.

Con ayuda de su mano y dedos, comenzó a frotar con rapidez su clítoris, buscando más fricción y placer, Spike estaba completamente inspirado y no se separó, si no hasta que los jugos de Claire invadieron su hocico, aquello pareció excitar aún más al perro porque comenzó a correr en círculos y volvió a meter su cara entre las piernas de Claire.

Sabiendo que sus vecinos podrían escucharla, Claire gritó pegando la cara a un cojín, mientras tenía su primer orgasmo.

Se movió un poco, observando la punta rosada que asomaba de la funda de Spike, queriendo probar algo nuevo, se bajó del sofá y comenzó a masturbar al perro con suavidad.

—¿Te gusta verdad? —exclamó al perro, como si éste fuese a responderle.

Cuando ya todo el pene rosáceo del perro estaba fuera, Claire inclinó un poco su cabeza y lamió desde la base hasta la punta dónde líquido preseminal se asomaba.

Moviéndose un poco, Claire se puso sobre el perro y con cuidado de no espantarlo, situó el miembro del animal en su entrada.

Con delicadeza se deslizó hasta el final y emitió un largo suspiro de placer, viendo que el perro no se removía de manera incómoda, Claire comenzó a cabalgarlo, sin apuro, disfrutando de la maravillosa sensación de tenerlo en su interior, por un momento se empaló completa al perro y se movió suavemente de adelante hacia atrás, sin salir del largo miembro de unos veintidós centímetros.

Finalmente de decidió liberar al perro y dejar que éste la follara a su manera.

Cuando Claire se colocó a cuatro patas y palmeó sus nalgas, el perro de inmediato se levantó del suelo y se subió tras la espalda de ella, quizá teniendo recuerdos de momentos anteriores, se deslizó con facilidad en la vagina de ella, sin querer contener sus gritos, Claire empezó a gemir en voz alta, mientras Spike la taladraba cómo nunca antes.

Pasaron quizá un minuto y poco más, hasta que el perro se abotono a ella y se quedó quieto.

—Lléname, mi amor, mi Spike, soy tu perra, tuya, tuya.

Exclamó mientras se dejaba ir entre jadeos, sentir como sus fluidos y los de Spike se mezclaban y bajaban por sus muslos era muy excitante.

Cuando el abotonamiento llegó a su fin, Spike se libero y un sonoro “Plop” se dejó escuchar, seguido de los fluidos cayendo al suelo, sin querer perder nada, el perro limpió el suelo con su lengua y dió una última pasada a su amante humana.

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Holaaa, aquí una segunda parte espero la disfruten.

¿Les gustaría saber más datos de mí? No soy muy buena en eso, pero si me preguntan cosas, intentaré responderlas en otro relato, saludosss. :)