Jugando con Spike, II. - Relatos Eróticos

Jugando con Spike, II.

Tras aquella caliente masturbada en el autobús, Claire bajó como si nada en la última parada, tras agradecerle al chófer, caminó hasta su apartamento, un condominio barato y accesible para una joven que recién comenzaba a vivir sola.

El condominio tenía varias cosas buenas, entre esas, permitía tener mascotas en el lugar, para Claire ésto era un punto muy positivo, puesto que su vecino, un señor de unos cuarenta y cinco años, había adoptado hace un año a un cachorro de Border Collie. Bien se dice que éste simpático perro es el canino más inteligente del mundo, y Claire había puesto en práctica ciertas cosas para comprobarlo.

Tras tocar a la puerta del vecino, Claire espero con una sonrisita pícara y amable, hasta que el señor Tom abrió.

—Buenas tardes, señorita Hopkins, ¿cómo está?

—Muy bien, señor Tom, ¿cómo sigue su problema con el agua? ¿Solucionaron ya ese inconveniente?

El hombre había estado batallando porque el fluido que llegaba hasta su casa no era del todo fuerte y por ende, lo que bajaba por sus tuberías no tenía la suficiente presión.

—Hablé con el dueño, parece que mañana ya por fin vendrá alguien. Y ya es hora, tengo que bañar a Spike...

—Oh... ¿Su perrito? Si gusta... Yo puedo ayudarlo, en mi casa el agua baja de maravilla, puedo bañarlo y lo traigo de nuevo.

El hombre miró hacia adentro y con voz de mando llamó al can, quién llegó hasta él.

—¿No es mucha molestia?

—Para nada, Spike es un amor y es muy, muy educado, nos llevamos muy bien. ¿Alguna vez pensó en sacarle alguna cría con otra perra?

Claire entrecerró un poco los ojos y sonrió.

—Sí, mi hermano tiene una y pensamos cruzarlos, ¿por qué? ¿está interesada en tener un perro?

—Sí, así ya no tendría que pedir prestado su perro para no sentirme tan sola en casa.

El hombre miró divertido a la joven Claire y tras una corta conversación, entregó al perro a la joven.

El perro entró al departamento de Claire y comenzó a olfatear todo el lugar, se centró en el sofá y luego siguió al pequeño pasillo que daba al baño y habitación de Claire.

—No traje ningún otro macho aquí, mi amor, no estés celoso.

Dejando sus cosas de lado, y queriendo aún aprovechar la humedad que sentía entre sus piernas, Claire comenzó a quitarse la ropa, cerró la puerta con seguro y terminó por desnudarse.

El perro volvió al salón principal y se sentó frente a Claire, ladró un par de veces y se levantó en dos patas, se alcanzó a “abrazar” al cuerpo de Claire y comenzó a hacer movimientos coitales.

—Calma, calma... Primero, quiero que me.folles con tu áspera lengua.

Sentándose y abriéndose de piernas ante el perro, Claire golpeó suavemente su centro, que debido a la humedad, hizo un ruido de chapoteo que atrajo la atención del can.

Cómo si fuese una fuente directa de agua, el perro se pegó a la entrada de Claire y lamió con su lengua por todos lados, por la cara interna de sus muslos, sus labios vaginales, todo.

—Eso es, mi amor, lame todo soy ...