Termíname de criar, mami 13: EL FINAL PARTE II - Relatos Eróticos

Termíname de criar, mami 13: EL FINAL PARTE II

... bailar.

Me paré y me fui a la pista. No podía creerlo: era igual a la madre... igual a mi madre... a mi ex... a su abuela... todo era muy raro ¿porqué tenía que ser así? después de todo, algo de todo lo que dijo tenía cierto sentido: nunca había cogido tan bien como con María. Por eso terminé con Natalie, por eso me distancié de los demás. Sin embargo, había algo de Lali que me hacía acordar a su mamá.

Estaba entre la gente bailando y de pronto se acercó Lali. Empezaron a sonar canciones bien divertidas y bailamos y cantamos juntos. Fuimos a buscar más tragos y seguimos bailando toda la noche. No me había divertido así en años. Después, empezó a sonar un reggaeton cada vez más sucio y Lali se empezó a descontrolar: se puso de espaldas a mí y empezó a perrear bien sucio delante de mi pija. Su culito se movía con ganas. Le dí una nalgada que no pensé en hacerla y ella me sonrió y se rió. "¡Otra vez! ¡papi!" y le volví a pegar. "¡Más fuerte! ¡quiero la marca de tu mano en mi culito!" y le pegué con más fuerza. "¡Ay!" exclamó y se dió vuelta. Me preocupé y la abracé.

Yo: ¡Perdón! ¿se me fue la mano?

Ella me miró a los ojos y me agarró la mano. La apoyó sobre su culo y me hizo apretarlo.

Lali: Así me gusta, papi.

Me dió un beso y yo me dejé. Se sentía muy dulce, tenía gusto a frutilla.

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Un rato más tarde estábamos en la cama de su madre y ella me estaba empezando a sacar la ropa. Me bajó los pantalones y salió mi verga bien dura delante de ella.

Lali: Guau, al fin. Era verdad lo que todos decían.

Me la lamió un poquito pero no se detuvo demasiado. Se puso sobre la cama y se sacó la ropa.

Lali: Quiero que vayas lento, papi, es mi primera vez.

Yo: Tranquila, mi hija, papi te va a tratar con cuidado.

La fui metiendo poco a poco. Era verdad eso de que era muy apretadita esa concha tan chiquita.

La cara de Lali era un poema. Al principio se notaba que le dolía pero luego lo empezó a disfrutar. Fue difícil meterla pero después fue muy fácil hacerla correrse. Tuvo tres orgasmos antes de que llegara yo.

Lali: ¡Llenáme con tu leche! ¡papá! ¡por favor! ¡me la merezco! ¡quiero que me embazaces!

Yo: ¡AAAAAAH!

Acabé adentro y me acosté a un lado. Lali se quedó temblando, disfrutando del cuarto orgasmo.

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A la mañana siguiente no me despertó la luz de la ventana, tampoco el despertador. Sentí algo en mis bolas. Abrí mis ojos y pude ver a Lali lamiéndolas.

Lali: Buenos días, papi.

La miré a los ojos. Era una máquina de cojer. No me había sentido tan bien desde que había estado con su madre ¿y si me quedaba a vivir con ella?

Yo: Pará, Lali, esto... no está bien. Yo soy tu padre, esto está mal.

Lali me miró y separó su boca de mi pene por unos segundos.

Lali: ¿No me vas a dar mi leche de desayuno, papi?

Yo: Sos una gurisa mal educada, siempre pensando en sexo.

Lali: Ay, perdonáme, papi, me vas a tener que castigar.

Se metió mi pene en su boca y lo empezó a chupar como no me lo ...