Sometiendo a mi suegra 6 - Relatos Eróticos

Sometiendo a mi suegra 6

... más? ¡¿Ya!?- me pregunto sin dejar de pajearme.

-Si, pero porque me pones mucho. Con tu amiga, la hubiera hecho llorar en dos minutos y se habría ido corriendo. -le dije, y reímos los dos.

-Vale, es bueno saberlo ¡Plash! ¡Plash!- me dijo dándole dos bofetones a mi polla.

-¡Mmmh! dame dos más y te follo el culo en el maletero, que asi me estas calentando más de lo que estoy ya. -le dije mirandola vicioso.

Vio que lo decía de verdad, y se fue a su asiento sonriendo.

Por el camino iba callada pensativa, y al final me soltó:

-Y si te ato y hago lo que quiera contigo. Y te follo con mi culo que tanto me dices- me dijo encendida y cachonda.

-¡Buuff! No me pone, bueno lo de que me folles con tu culo, ahora en el otro parquin.- le dije.

-Que va, asi tardo en ponerme y disfrutar. Ya lo has visto. -me dijo sincera.

No dije nada, y seguí conduciendo.

Llegamos a casa, y la deje ordenando las compras, tomándome un café fumando, y mirandola.

-Me vas a gastar- me dijo sin mirarme.- y no le dije nada.

Siguio guardando cosas y me pregunto:

-Y aparte del culo, ¿Qué más te pone de mí?- y siguio a lo suyo.

-Toda tu, tus curvas, tus pechos erectos y sobre todo tu odio, y saber que no quieres, pero luego te vuelves loca y gozas pidiendo más.- le dije.

-Pero eso es como violar, aunque después me guste.- me dijo.

-No, es someter, y eso si te gusta -le dije, y paro en seco, me miro y dijo:

-Que va, es violar. Cualquiera acaba gozando con esa polla tuya. -me dijo sonriendo.

-Ya te digo yo que cuando es violación, no gozan, lo sé- le dije recordando otra vida, antes de conocer a Noemi.

-A, ¿qué encima eres violador? -me dijo

-En otra vida, ahora se a la que le acabara gustando. -le dije

-Y si te equivocas, ¿sigues o la dejas?

-La dejo claro, y me disculpo. Pero no me ha pasado en esta vida. Y ya son muchos años. -le conteste.

Acabo, se lavó las manos y me soltó:

-Ya hay que ser gilipollas, para que no le guste a una, que la viole un tío como tu.- y se fue a por más bolsas.

-¡jajaja! Sois dos, tú eres bipolar de esas ¡jajaja!- le dije sorprendido, y me miro sonriendo y me dijo.

-Es la verdad, o lesbiana, o tonta del culo.- me insistió.

Me levante, la atrape contra la pared, y me pego una patada en los huevos, que vi las estrellas.

-No se te puede hacer un cumplido perro loco- me dijo siguiendo a lo suyo.

-¡Jajaja! Vale, vale, ¿gracias?- le dije sentándome dolorido, y anotando otro castigo.

La hubiera podido someter es ese mismo instante, y ella lo sabía, pero era demasiado fácil, y aunque los dos lo deseábamos, yo esperaría a otro momento, y ella estaba ahora más en guardia. Sabía que esa patada le costaría su culo, como mínimo.

El viejo Doctor Ramírez era de la vieja escuela, no se jubilaría nunca, y al precio que cobraba las visitas, nadie se querría jubilar por ir a ver a viejos y viejas estiradas, que casi siempre solo solían necesitar antidepresivos, tranquilizantes o lo que ...