Diario de un recién reconocido sumiso - Relatos Eróticos

Diario de un recién reconocido sumiso

... pelito de más” me dijo mientras me guiñaba un ojo. Como siempre hago, me afeité todo, piernas, muslos, mis zonas genitales y las axilas. Me encanta la sensación de mi piel sin un solo pelo. Tras salir de la ducha, Jacky entró y me revisó bien.

- ¡Hay una zona que no te has afeitado! ¡guapita!. – Me dijo mientras tomaba la cuchilla que había dejado en el lavabo. – Date la vuelta, princesa.

Me di la vuelta simulando una bailarina para hacer la gracia y los dos nos reímos a carcajadas. Pensé que se refería a mi espalda. Pero pronto me di cuenta que no tengo pelos en la espalda y lo único que me queda es mi culo.

- Agáchate, pon tus manos en el inodoro y saca el culo mientras te afeito. No quiero que quede ni un solo pelito en tu cuerpo que no sea la cabeza.

La obedecí. Aquella posición me parecía un poco ridícula. Pero bueno, todo sería por cumplir esa fantasía. Me estuvo afeitando las nalgas y la zona alrededor de mi esfínter con mucho mimo y cuidado. Finalmente, me dio una nalgada y me dijo – Lista, ¡has quedado depiladísima! Ahora siéntate en el inodoro mientras te maquillo.

- ¿Cómo que me maquillas? – Eso no me lo esperaba. No me había imaginado que me iba a maquillar.

- ¡Claro que sí guapita!. Para ser toda una señorita has de ir bien maquillada. Si no, parecerás un travesti o peor aún, un tío con vestido y eso queda muy ridículo. ¡Así que siéntate bien y no te muevas!

No tuve más remedio que hacer lo que me decía. Así estuve un buen rato, creo que pasó una hora u hora y media haciéndole caso a todo, que si ahora mira hacia arriba, que si cierra los ojos, que sí junta los labios. Después me dijo que no me moviera aún mientras ella salía a coger la peluca y alguna otra cosa que le faltaba.

Me daba mucha vergüenza mirarme al espejo, seguro que estaba ridículo y con unas pintas terribles. Así que no lo hice. Estaba desnudo y maquillado. Jacky llegó con varias cosas en las manos. Me puso algunas horquillas y me colocó bien la peluca. Después sacó una especie de corsé que tenía unas tetas falsas, pero se veían muy reales. Hasta tenían sus pezones y todo. Me lo colocó y me lo ajustó a la espalda apretándome bien el estómago y haciendo que se metiera mi barriga.

Jacky me dijo que me fuera a la habitación para ponerme lo que me quedaba. Encima de la cama había un vestido verde oscuro brillante con abertura en forma de V. El vestido llevaba a media pierna, por encima de las rodillas, era bonito. Yo lo habría elegido para Jacky. También había unas medias de encaje negras, el tanga que me había puesto el otro día y unos zapatos de tacón negros bastante llamativos.

- Solo hay un problema cariño – le dije. - Puedo con el vestido, con el tanga y con las medias. Pero te aseguro que no voy a poder dar un paso sin caerme con esos zapatos de tacón. Sorry peque, pero tendrá que ser sin los zapatos.

- ¡De eso nada bonita!¡Que he pensado en todo! ¿Por qué crees si no que nos estamos vistiendo a las 5:30 pm para cenar? Ahora te toca ...