Gonzalo, Mi Hijo El Huequito – Capítulo 01 - Relatos Eróticos

Gonzalo, Mi Hijo El Huequito – Capítulo 01

ADVERTENCIA: La novela tiene contenido sexual de orientación gay, violación a un niño de cuna, menores a 9 años y otros, dominio total sobre la vida de una persona, alquiler de una adolescente de 13-15 años a hombres mayores y perversos, además de sadismo y masoquismo, se recomienda leer bajo su propia responsabilidad.

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Ahora sí estaba feliz, por fin tuve un hijo varón, llevo esperando este momento casi 14 años, desde que la puta que contraté para tener un hijo tuvo una hija, no voy a decir que no me ha servido, porque al menos he podido usarla como el pedazo de carne que es y la he alquilado a muy buen precio, además cuando todavía estaba pequeñita era tan hermoso escucharla gritar mientras le follaba el culo, ahora podré hacer lo mismo con mi verdadero huequito, solo de pensar en todos los gritos de dolor que dará cuando le meta la verga, es que creo que no podré esperar el mes como me dijo mi gran amigo Martín, un pediatra muy bueno y además mi mejor amigo, hasta pienso regalarle a la puta que tengo ahora cuando me dé unos 2 o 3 huequitos más.

Después de esta primera noche en casa, donde mi huequito ha dormido entre mis piernas, oliendo el aroma de mis huevos y conociendo el lugar en el cual estará por muchos años, hasta que ya esté viejo como su madre y lo venda a alguien más para que lo use.

No crean que soy un monstruo sin corazón que solo tiene hijos para venderlos al pasar los años, solo que cada uno tiene sus gustos y la verdad es que a partir de los 12, los nenes pierden toda esa hermosura que los hace únicos y como espero hacer un buen trabajo con mi huequito como lo hice con la puta de mi hija, entonces no podrá vivir sin sentir la leche de su macho, por eso debo ofrecerlos a machos que les guste nenes que ya están viejos, por su bienestar, para que tengan un macho o varios para calmar sus ansias de vergas.

Por ahora mi huequito tiene 1 semana y está tan lindo, todavía tiene su piel arrugadita y sus nalguitas son solo 2 pequeñas bolitas arrugadas que tengo un fuerte deseo de probar y destrozar, el huequito de mi huequito es tan chiquito que sé que cuando le meta mi pija va a gritar tanto que de solo escucharlo gritar me voy a correr como no me he corrido desde que la puta de su madre cumplió 5 años y el orto se le amoldó al tamaño de mi polla, claro que también a esa edad le rompí su cuquita, lo cual fue casi igual de delicioso, pero no es lo mismo que un buen culo y no hay nada como profanar a la fuerza el culito de un nene, las nenas nunca las he sentido igual pero en momentos de necesidad me ha tocado usarlas.

Todo transcurrió normal, puta estaba limpiando la casa mientras huequito y yo estábamos en el inmenso sofá de nuestra sala de estar, él estaba entre mis piernas con su boca directamente en la cabeza de mi glande chupando como si tuviese una teta, mientras yo veía un partido de fútbol grabado y jugaba un poco con su hoyito cerradito.

Gracias a lo que heredé y a mi inteligencia en el negocio que tengo ...