1. Un viaje a la playa con mi madre y yo (Parte 3)


    Fecha: 26/07/2024, Categorías: Incesto Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos

    Después de la noche anterior de pasión, mi madre y yo nos levantamos pronto. Nos duchamos juntos y desayunamos en la terraza del apartamento.
    
    El aire acariciaba nuestros cuerpos. No nos atrevimos a salir desnudos a la terraza porque, aunque era pronto, alguien podría vernos. Así que salimos en bañador.
    
    Yo llevaba un bañador rojo ajustado, que me marcaba bien el paquete. Mi madre se había decidido por un bikini de color fucsia. Se le marcaba un poco la tripa, no tenía demasiado, solo un poco, pero la hacía muy sexy.
    
    Después de terminar de desayunar nos levantamos. Miré alrededor y vi que no había nadie en ninguna terraza del edificio de enfrente, era pronto y los vecinos debían de estar durmiendo, así que besé a mi madre apasionadamente en la boca y nos metimos mutuamente la lengua.
    
    La cogí del culo y la apreté contra mi.
    
    -Cuidado hijo, me dijo, podrían vernos.
    
    -Tranquila mamá. Y aunque nos vieran estamos muy lejos del edificio de enfrente para que distinguieran que somos madre e hijo.
    
    -Tienes razón.
    
    Yo estaba empalmado y mi madre se dio cuenta. Evidentemente estábamos muy cerca y yo con ese bañador tan ceñido no podía ocultarlo aunque quisiera.
    
    Mi madre me sonrió. Me ayudó a recoger los platos del desayuno y me propuso algo.
    
    Nos sentamos en el sofá, dentro del apartamento, pero pegados a la puerta de la terraza, para que nos diera la brisa pero no nos viera nadie.
    
    Me bajó el bañador y dejó libre mi pene. Mi glande apuntaba a ella. Se quitó el sujetador del bikini liberando sus tetas tan hermosas.
    
    Se mojó un poco la mano y comenzó a meneármela suavemente. Subía y bajaba por mi tronco como si nada.
    
    En eso estábamos, cuando oímos un sonido que venía del apartamento de al lado. No eran nuestros vecinos ingleses, porque se les oía hablando perfectamente en español.
    
    -Dame más. Decía ella. Métemela toda, cerdo.
    
    -Cómo te gusta que te la meta, ¿eh guarra?
    
    -Si, joder, más adentro, más adentro.
    
    El oír eso nos puso muy cachondos a los dos. Mi madre seguía meneándomela y noté como la humedad de su coño mojaba la braga del bikini.
    
    Aunque no sé porqué no quería que folláramos, solo me hacía la paja.
    
    No podía dejarla así.
    
    -Mamá, le dije, ¿quieres que te folle?
    
    -No, mi niño, luego. Ahora solo quiero que disfrutes tu.
    
    Se la veía muy azorada. Era lógico. Además los gemidos de los vecinos empezaron a subir de volumen.
    
    Mi madre sudaba mientras me pajeaba. Empezó a acelerar casi a la vez que aceleraban los envites de la cama de los vecinos.
    
    Yo llegué al punto de no retorno y enseguida eyaculé. Un primer chorro cayó a la tripa de mi madre y dos más cayeron a su braga.
    
    Ella siguió meneándomela hasta que terminé de soltar todo. Casi a la vez los vecinos gimieron como dos cerdos y se corrieron. Luego todo se quedó en silencio.
    
    Me fijé en que mi madre estaba sonriente, pero triste a la vez.
    
    -Mamá, le dije mientras me levantaba desnudo del sofá, ¿por qué no has querido hacerlo?
    
    -Te he visto ...
«1234»