Hasta que grite tu nombre - Relatos Eróticos

Hasta que grite tu nombre

... pero no dejé que eso afectara a mi cerebro, seguía firme respecto a mi pensamiento de no abrirme de piernas tan facilmente para él.

- Quiero mostrate algo - me tendió su mano; subimos por unas preciosas escaleras de caracol hasta llegar a una haitación cerrada con llave. Este tío tiene complejo de Christian Grey, pensé. Cuando abrió la puerta mi boca se abrió sin poder emitir sonido alguno.

- ¿Qué coño es todo esto? - Las paredes eran oscuras, de un color granate casi negro. Del techo colgaban esposas; de las paredes sobresalían una especie de cruces; pero sin duda, la joya mayor era el potro que estaba situado en un lado de la sala; con esposas para amarrar manos y pies.

La cama era redonda, de sabanas rojas. Del cabecero salían más esposas.

En las vitrinas relucían todo tipo de juguetes y herramientas de las cuales desconocía, tanto su uso, como su nombre. Botes, que parecían lubricantes, unas especies de colas con una especie de sobresaliente para insertar... espera, ¿Para insertarlo en el culo?

Esto era demasiado, me sentía abrumada y tenia la sensación de que me desmayaría en cualquier momento. De pronto, noté como su mano acariciaba mi espalda y se acercaba a mi oído.

- Princesa, te dije que acabarías gritando mi nombre hoy. No te asustes, no tenemos que usar nada de esto, todavía, pero me gustaría arrancarte la ropa ahora mismo y follarte contra la pared. ¿Qué me dices? ¿Aceptas?

En ese momento mis neuronas dejaron de funcionar, mi coño dolía de tanta excitación asi que le besé, esperando que me lo correspondiese, pero eso no pasó. Agarró mi coleta tirando de mi cabeza hacía atrás para separarnos.

-Las cosas no funcionan así princesa, aquí mando yo y tú obedeces. Has aceptado, no usarmos juguetes si no quieres, pero ahora se una buena sumisa y quitate toda la ropa para que pueda verte bien...

Continuará...