1. Tu madre, la puta de todos tempor 5 capítulo 9


    Fecha: 11/07/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Amocalabozo, Fuente: TodoRelatos

    ... boca, los chupaban y los tiraban otra vez. Todo esto dificultado al no poder usar las manos.
    
    Aquello era demasiado excitante. Las erecciones se nos sucedían prácticamente de continuo.
    
    Ahora Rodrigo hablaba con el moro de siempre.
    
    Seguro que algo estaban tramando.
    
    "A ver, putas, en pie y formar una fila", les dijo Rodrigo que se había erigido como organizador de aquello.
    
    Las mujeres lo hicieron.
    
    El moro, hablaba en árabe con sus compañeros, diciéndoles vete a saber el que, pero todos reían y dos se vistieron y salieron a la calle.
    
    "Inclinaros hacia delante, a tocar el culo de la de delante con la nariz", dijo Rodrigo. .
    
    Habían quedado colocadas así, María, Paloma, Lucía y Jessica.
    
    Tiró de la correa de María hacia abajo, para que se pusiera en la posición que había dicho. Las demás la imitaron. Así, quedaron las cuatro con las tetas colgando. Rodrigo se puso con María y el moro con Jessica.
    
    Les ataron las tetas por separado. Con la cuerda de esparto por las bases y apretando bien la cuerda.
    
    Dejaron un trozo de cuerda como de un metro, colgando de cada teta. Tiraron fuertemente de las cuerdas para levantarlas y asegurarse que no se soltaban.
    
    Rodrigo pasó a Paloma, y el moro a Lucía, repitiendo la operación. Las cuerdas se tenían que clavar en sus carnes, o al menos erosionar la piel.
    
    Una vez las cuatro con las tetas atadas, aparecieron los moros que habían salido con cuatro postes cuadrados de madera. Calculando a simple vista debían de ser de 7 x 7 de cuadrado y algo más de un metro de longitud. Pesarían como tres kilos cada uno.
    
    Rodrigo y el moro de siempre, trajeron una taladradora y unas argollas con rosca.
    
    Hicieron dos agujeros a cada poste, a pocos centímetros de cada extremo.
    
    Apuntaron las argollas en los agujeros y otros moros se encargaron de atornillarlas en las maderas.
    
    Una vez las maderas listas, ataron cada cuerda de las tetas de las mujeres a las argollas de las tablas. Usaron la suficiente cuerda, para que el poste quedara colgando de sus tetas.
    
    Ostia, aquello era salvaje. Las tetas se les habían estirado a las cuatro un montón, pero aún se le iban a estirar más.
    
    Las unieron a las cuatro por los collares, en el orden que estaban.
    
    Rodrigo cogió la correa de María, y tiró de ella hacia la calle.
    
    Aquello si que no me lo esperaba, es cierto que la parte de atrás es como un pequeño patio y alrededor solo hay descampado, pero es arriesgado sacarlas.
    
    Alba volvió a hacerme una señal con la mano al notar mi inquietud, de que me calmara.
    
    Lo hice.
    
    Después de algunos esfuerzos, las cuatro consiguieron salir a la calle. Se les atravesaban los postes en la puerta, y tenían que ingeniárselas para solo con su torso girar el poste un poco para poder pasar la puerta.
    
    Fuera vi una carretilla elevadora, era diésel y levantaba 3,5 toneladas, según ponía.
    
    No la había visto antes, y si la habían traído los moros con los cuatro postes, era el típico ejemplo de "matar moscas a ...
«12...567...»