El Juguetito, 7ªparte (Ana se calienta) - Relatos Eróticos

El Juguetito, 7ªparte (Ana se calienta)

Juguetito tiró el dado y éste giró sobre el tablero durante unos segundos que se hicieron eternos. Tanto Ana cómo él lo miraban fijamente hasta que por fin se detuvo: Un 6."Mueve"ordenó Ella. El perro acercó su mano temblorosa a la ficha de color azul que había elegido y empezó a contar hasta colocarla en la casilla correspondiente."1...,2....,3,.....4,.....5.....,6" "Lee lo que pone"le dijo Ana."25 latigazos en la cruz de San Andrés Señora"respondió Juguetito con una ansiedad en su voz que casi se podía cortar. Acto seguido, Ana cogió una carta del taco que su criado había dejado en la mesa y le dijo "¿Preparado? Ya sabes lo que pasa si respondes mal."Sí Señora, preparado"respondió él cada vez más nervioso."¿Qué diferencia hay entre el Spanking y el Caning?"Ana frunció el ceño con desagrado ya que la pregunta le pareció más fácil de lo que esperaba. Juguetito apenas dudó al responder"Señora, ambas son castigos corporales que se imponen al sumiso o esclavo. Sin embargo el Caning se aplica generalmente con una vara de madera flexible mientras que el Spanking se suele dar con la mano o por ejemplo con una pala de cuero semiflexible".Ana le miró seria y asintió a regañadientes dando a entender que la respuesta era más o menos correcta."Puede valer, aunque has olvidado un pequeño detalle"Una gota de sudor frío se deslizó por la frente del perro completamente petrificado por el pánico y la excitación. Ana sonrió divertida al ver cómo sufría su futuro sumiso y dijo."Te ha faltado decir que el Spanking es para el culo mientras que en el Caning pueden elegirse otras partes del cuerpo como castigo, como por ejemplo los pies. Así que, cómo has respondido bien pero únicamente en parte, te daré diez latigazos" .

Él se puso blanco como la pared, no podía creer lo que acababa de oír. No era justo, se había esforzado en contestar de la mejor forma posible, dándole a Ana una respuesta completa que además estaba basada en su experiencia personal y libros que había leído sobre el tema, y aún así todo, no fue suficiente.Sin embargo, pronto se iba a dar cuenta que la vida a partir de ahora no siempre iba a ser justa. Ana solía ser bastante ecuánime, pero de vez en cuando también era caprichosa y si le daba la gana de hacer algo sin motivo en un momento dado, a él no le iba a quedar otra que aceptarlo."Pero Señora"alcanzó a decir. A Ella no le gustó nada lo que oyó y le lanzó una severísima mirada de advertencia, suficiente para que su sumiso bajara la cabeza y obedeciera. Entonces, le agarró con firmeza del brazo y de un tirón le puso de rodillas."Ve avanzando a cuatro patas hasta la cruz del fondo que yo te vea"ordenó. Juguetito obedeció y empezó a gatear poco a poco. Ana permaneció en el sofá cómodamente sentada, con la vagina absolutamente empapada por la excitación y sin apartar la vista de ese culito tierno, respingón, joven y depilado que ya había catado dos veces en el salón de su casa y que planeaba usar muchísimas más. Se mordió la lengua, encogió ...