1. Desde su ventana


    Fecha: 07/07/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: EROTIKA, Fuente: TodoRelatos

    ... abrazados, nos derrumbamos sobre el suelo del despacho.
    
    β€” En unos minutos estoy ahí β€” anunció mi Amo, mientras Pablo, deshacía el abrazo que nos había llevado hasta el suelo.
    
    β€” Te has portado bien, hoy β€” me señaló mi jefe.
    
    Sonreí feliz. Me gustaba ser su sumisa compartida, porque efectivamente, mi Amo y mi jefe me compartían como sumisa, para mi Amo ejercía como su sumisa cuando estábamos juntos en casa y para mi jefe lo era allí, en el trabajo. Así, entre los dos, satisfacían mi deseo de ser sumisa.
    
    β€” Vamos, vístete antes de que llegue él β€” me ordenó mi jefe.
    
    β€” Sí, Señor β€” le respondí.
    
    Me levanté, busqué mi ropa que estaba esparcida por el despacho y me la puse. Cuando me estaba poniendo la americana, oí pasos acercándose, sin duda debía ser Martín, mi Amo.
    
    β€” ¿Estás lista, princesa? β€” me preguntó desde el quicio de la puerta.
    
    β€” Sí, lista, señor.
    
    β€” Bien, despídete de Amo Boss.
    
    Obedecí y acercándome a mi jefe, le di un tierno beso en la mejilla y le dije:
    
    β€” Hasta mañana Amo Boss.
    
    β€” Hasta mañana, Sumisa secretary β€” dijo él.
    
    Y cogidos de la mano, Martín y yo salimos de aquel despacho.
    
    Mientras nos dirigíamos al ascensor, Martin me dijo:
    
    β€” Ha sido una buena sesión, ¿verdad?
    
    β€” Sí β€” le respondí recordando cada minuto de lo sucedido en aquel despacho.
    
    β€” ¿Te gusta como te folla Amo Boss? β€” me preguntó. Parecía una pregunta extraña, no sé, me incomodó un poco, pero mi Amo era así, quería saberlo todo, quería conocer todos mis sentimientos, mis pensamientos.
    
    β€” Sí, Señor.
    
    β€” A mí me gusta ver como te folla, es tan salvaje. Me encanta y tengo unas cuantas ideas para los próximos días.
    
    Y es que en realidad a mi Amo le gustaba verme en los brazos de otros hombres y desde que habíamos descubierto que mi jefe le iba eso de la sumisión, mi Amo, había visto el cielo abierto.
    
    Las puertas del ascensor se abrieron y entramos. Y en cuanto volvieron a cerrarse, Amo Klaus, me arrinconó contra la pared y me besó.
    
    β€” Te deseo tanto β€” musitó sobre mi boca cuando rompió el beso.
    
    Yo suspiré. Yo también lo deseaba, pero sabía que no debía decírselo. Llegamos al parking y las puertas del ascensor se abrieron. Salimos y nos dirigimos hacia la plaza número 30. Allí estaba el coche, pero yo sabía tan bien como mi Amo que no entraríamos en el coche, no inmediatamente.
    
    A solo unos centímetros del coche, Amo Klaus me cogió del brazo, me empujó hacia la parte delantera, me hizo doblar sobre el capó y sujetándome con fuerza por el cuello, me ordenó:
    
    β€” Levántate la falda.
    
    Yo obedecí, levantándome la falda y dejando mi culo desnudo.
    
    Sentí su mano acariciando suavemente mi culo, descendió hasta mi sexo y lo acarició suavemente. Se colocó tras de mí, guio su sexo hasta el mío y suavemente me penetró. Gemí al sentir como se abría camino dentro de mi sexo. Me sujetó por las caderas y empezó a moverse dentro y fuera, dentro y fuera, de un modo salvaje, animal. Generalmente, lo hacía así, sobre todo siempre después ...