1. Desde su ventana


    Fecha: 07/07/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: EROTIKA, Fuente: TodoRelatos

    Él se acercó a mí, me acarició suavemente el culo, me besó y metió sus dedos en mi entrepierna, todo mi cuerpo tembló ante aquella caricia. Estábamos en su despacho, yo desnuda, apoyada en el cristal del gran ventanal que daba a la calle. Él aún iba vestido, con su traje y su impecable camisa. Gracias a Dios, era ya noche cerrada, y al ser invierno había poca gente en la calle, además estábamos en el piso 12, así que, ¿quién iba a levantar la vista para mirar y verme allí arriba? Quien sí podía verme, eran los empleados de las oficinas del edificio de enfrente. Aunque a aquella hora, ya quedaba poca gente allí. Pero había uno, que a oscuras en su despacho, sentado en su silla, nos observaba sin perder atención de cada uno de los movimientos de mi jefe y míos.
    
    β€” Ahora métele el consolador que has dejado sobre la mesa β€” dijo la voz al otro lado del teléfono que mi jefe había puesto en manos libres.
    
    Mi jefe cogió el consolador que nuestro amigo había indicado y acercándose de nuevo a mí, lo guio hasta mi húmeda vagina y lo introdujo despacio. Yo gemí al sentirlo. Me estremecí y mi jefe me susurró al oído:
    
    β€” ¿Te gusta, eh, zorrita? β€” lo que provocó un nuevo estremecimiento en mi cuerpo.
    
    β€” Mírame β€” dijo la voz del teléfono y yo levanté la cabeza, observando al hombre que nos observaba desde el despacho de enfrente β€” ahora tu jefe te va a follar mientras yo observo desde aquí.
    
    Estaba a merced de aquellos dos hombres, mi jefe y mi Amo. Porque el hombre que nos observaba desde el edificio de enfrente era mi Amo. Hacía solo unos meses que había descubierto que mi jefe y mi Amo se conocían desde hacía mucho tiempo. Fue en una fiesta del club BDSM al cual solíamos ir mi Amo y yo de vez en cuando.
    
    Mi jefe se acercó a mí, se pegó a mi espalda, se bajó la cremallera del pantalón, y enseguida sentí su polla hurgando entre los pliegues de mi húmedo sexo.
    
    β€” No dejes de mirarme β€” me advirtió mi Amo.
    
    Yo miraba a la ventana de enfrente. Mi Amo había encendido la pequeña lámpara que tenía sobre la mesa, que iluminaba ligeramente su figura. Vi como él también metía su mano dentro del pantalón y sacaba su polla erecta. ¡Dios tenía a dos hombres deseándome, y poseyéndome a la vez! Sentí como por fin mi jefe me penetraba y un placentero gemido salió de mi garganta. Me sujetó por las caderas y empezó a moverse, dentro y fuera, dentro y fuera, mientras me susurraba al oído.
    
    β€” Mira como se excita tu Amo, viendo como te follo. Mira qué grande se le ha puesto.
    
    Y realmente era así, podía verlo al tras luz de la lamparita, moviendo su mano sobre su pene erecto, arriba y abajo, casi al mismo ritmo que Pablo, mi jefe, me follaba. Y con esa imagen en mis ojos, viendo como mi Amo se retorcía de placer sobre la silla, yo también empecé a sentir el placer recorriéndome, extendiéndose por todo mi cuerpo, hasta hacerme explotar en un maravilloso orgasmo. También mi Amo se corrió enseguida y Pablo fue el último en hacerlo. Y entonces los dos, unidos aún, ...
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