1. Silvia (parte 3)


    Fecha: 06/06/2024, Categorías: Lesbianas Autor: Maribel1970, Fuente: CuentoRelatos

    ... avisar y yo casi me muero, no quería ni podía quedarme a solas con mi hermana, no ese día, quizás al día siguiente o más tarde, pero en ese momento no sabía que decir, creo que ella sentía exactamente lo mismo y salimos disparadas tras Silvia, además nos estábamos meando.
    
    Silvia nos pidió que esperáramos, había entrado en mi habitación, Carmen y yo entramos al baño y debió transcurrir un eterno minuto en silencio. Por fin Silvia entró con un cinturón de cuero azul cielo, largo y estrecho que era de un abrigo mío, sonriendo me lo colocó en el cuello, sin prisa suavemente, yo no me había corrido en la cocina y mi chocho tenía una capa de nata como un pastel de boda, ahora además latía, los golpes que daba mi corazón, retumbaban al instante en él.
    
    -S. Ponte a cuatro patas mami y entra en la bañera.
    
    La bañera del baño de mi habitación es grande y redonda.
    
    Silvia se quitó el vestido y por primera vez Carmen pudo verla desnuda. No disimulo lo más mínimo y la miró de arriba a abajo. Ahora estábamos las tres desnudas y yo dentro de la bañera a cuatro patas. Carmen alucinaba, pero yo, viendo sus ojos y su cara, perdí ya el miedo a que aquello pudiese acabar mal.
    
    -S. Vamos tita, entra en la bañera y mea sobre ella, le va a encantar, voy a recogerle el pelo y la riegas toda que te has tomado varios gin-tonics y debes tener ganas.
    
    Vi los pies de mi hermana y noté que Silvia tiraba hacía atrás del moño que acababa de hacerme. Levanté mi cara y al momento tuve que cerrar los ojos. Que morbo.
    
    -S. (aplaudiendo) Si, perfecto tita, así le gusta a la perra de tu hermana, rocíala toda, mira como abre la boca, dime que te gusta.
    
    -C. (empezando a desinhibirse por primera vez) Me gusta, me gusta, con vosotras me gusta todo, pero no la llames perra pobrecita.
    
    -S. Ya verás como tú también acabas haciéndolo. Seguro que a Margarita algunos de los perros también le lamian el coño, ¿a que sí? Pues siéntate y abre las piernas que esta perrita te lo va a hacer a ti.
    
    Carmen no lo dudó un momento y se sentó al borde de la bañera sobre unas láminas de madera. Silvia tiró de la correa y acercó mi cara al coño abierto de mi hermana, la oí gritar al sentir mis labios sobre los de su coño, estaba salado todavía, muy rojo, pero por la entrada bajaba un torrente de flujo como probablemente hacía años que no fluía. A pesar de la diferencia de edad el coño de mi hermana estaba tan bien lubricado y tan sabroso como el de mi hija, mientras yo me lo comía ellas seguían hablando como si nada. Carmen alucinaba y contestaba entre suspiros y sollozos mientras mi lengua y la punta de mi nariz la mataban de placer.
    
    -S. Te veo muy bien tita, es increíble este cuerpo que tienes, luego me lo tienes que dejar para mi sólita…
    
    -C. Lo que quieras, puedes hacer conmigo lo que quieras, bueno, las dos, Maribel también, ¡qué noche me estáis dando!
    
    -S. Voy a mearme sobre tus tetas, me apetece muchísimo.
    
    -C. Hazlo en mi cara por favor, en la cara…
    
    Temí por un ...
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