1. Carla


    Fecha: 06/06/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Leonard Laxton, Fuente: TodoRelatos

    ... cremallera antes de volver a colocar mi mano sobre su cabeza. Poco a poco, por efecto de la propia gravedad, mis pantalones fueron cayendo hasta el suelo, dejando al aire mi bóxer de color verde bajo el que mi mano no dejaba de moverse.
    
    Carla mojó sus labios, apretándolos con fuerza, pero sin hacer el menor movimiento.
    
    —Buena chica —susurré, bajando mi mano a sus labios y pellizcándoselos.
    
    Sin dejar de masturbarme, tiré hacia abajo de la goma de los calzoncillos hasta bajármelos a mitad de mis muslos, mostrando a Carla una polla que conocía bien.
    
    —No hagas nada hasta que yo te lo ordene —le advertí, levantando teatralmente mi dedo índice y colocando mi glande a pocos centímetros de sus labios apretados.
    
    —Por favor —pareció vocalizar ella, sin emitir sonido alguno, con sus ojos brillantes por la excitación.
    
    Comencé a pasar la punta por sus labios cerrados, de lado a lado, dejándola más tiempo en las comisuras, mientras un gemido salía de lo más profundo de su garganta. Su mano fue deslizándose hacia su sexo, seguramente ya humedecido.
    
    —¡He dicho que no hagas nada! —alcé la voz, haciendo que retirara con rapidez la mano—. Solo yo entraré en ese coñito esta noche, ¿entendido?
    
    Asintió con energía y aproveché para acariciar sus mejillas con mi polla, guiándola con mi mano en todo momento permaneciendo ella totalmente quieta, manchándolas con mi líquido preseminal.
    
    —¿Te gustaría metértela en la boca? —pregunté, volviéndola a colocar entre sus labios.
    
    Asintió de nuevo, esta vez de forma casi imperceptible para no dejar de sentir el tacto de mi pene en sus labios y sin desviar su atención de mi entrepierna.
    
    —¿Cuánto te gustaría? —Carraspeé, aclarándome la voz que me había salido enronquecida por mi propia excitación—. Puedes hablar a partir de ahora.
    
    —Mucho —susurró, acariciándome el glande al mover sus labios, obedientemente pegados a él.
    
    Aún la hice esperar, revolviéndole el pelo con fuerza, provocando que su cabeza se bamboleara un poco mientras intentaba recuperar la misma posición una y otra vez, y aguantándome las ganas que tenía por penetrar su boca yo mismo. El sudor empezó a recorrer mi cuerpo y, soltando tanto mi polla como dejando de acariciar su cabeza, me tuve que despojar de mi chaqueta, quedándome tan solo con la camisa blanca y mis pantalones a la altura de los tobillos.
    
    —Está bien, come.
    
    De un único movimiento y sin necesidad de que volviera a apuntarla con la mano se la introdujo casi entera, provocándole un sonido de arcada que rápidamente controló. Empezó a sacársela y metérsela con verdadera ansiedad, una y otra vez solo moviendo su cabeza y haciendo que sus mofletes se abultaran cada vez que el miembro golpeaba sus carrillos en alguna de las embestidas que ella misma estaba provocando.
    
    Empecé a jadear mientras notaba el calor y humedad de aquella boca recorriendo todo mi tronco sin parar. Su lengua y sus labios eran capaces de volver loca a cualquier persona en cuestión de segundos ...
«1234...»