1. Carla


    Fecha: 06/06/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Leonard Laxton, Fuente: TodoRelatos

    El trabajo había sido agotador ese día. Había conseguido el puesto de comercial de una compañía de telefonía local apenas dos meses atrás, después de una insuficiente semana de formación. No pagaban demasiado, pero al menos nos permitió a la que por aquel entonces era mi novia y a mí mudarnos a vivir juntos a un pisito que nos alquilaba su hermano mayor. Compartir un sitio al que llamar hogar con ella, por muy pequeño que fuera, era más que suficiente para mí.
    
    Atravesé la puerta de entrada y dejé caer el pequeño maletín al lado del paragüero. Lo primero que me sorprendió, mientras me aflojaba la corbata que me obligaban a llevar, es que el piso estaba a oscuras a pesar de que ya habían pasado las ocho y empezaba a oscurecer.
    
    —¡Carla! —llamé a mi chica algo preocupado. A esas horas debía de haber llegado de la tienda.
    
    Con mi traje todavía puesto me asomé a la puerta de la cocina y a la de la salita, todo parecía estar tal y como lo había dejado al marcharme. En ese momento oí ruidos procedentes del final del pasillo y me puse en guardia. Caminé despacio, sin apartar la mirada de la puerta de la que parecían proceder. Nuestra habitación.
    
    Pegué la oreja a la puerta, no oía absolutamente nada. Con el puño cerrado como única defensa posible, decidí echarle valor y entrar.
    
    Al abrir la puerta de sopetón me llevé la sorpresa. Carla, mi novia, se encontraba arrodillada, con su cabeza pegada al pecho mientras su melena negra, recogida en varias trenzas, le caía por igual por hombros y rostro. Lo único que tenía puesto, y de forma muy holgada, era un collar de cuero negro con una anilla plateada que me había hecho elegir unos días antes por Internet. La lámpara de la mesita de noche levantó un destello en el pequeño aro que le perforaba la ceja derecha al elevar su cabeza hacia mí.
    
    Jadeaba de forma sonora, a propósito, balanceándose hacia atrás y adelante cada vez que lo hacía.
    
    —¿Se ha portado bien mi perrita en mi ausencia? —pregunté, lanzando al otro lado de la habitación la corbata y empezando a desabrocharme el cinturón, mientras mi polla comenzaba a cobrar vida bajo el pantalón.
    
    Carla movió afirmativamente su cabeza, con una sonrisa de oreja a oreja, y emitió algo similar a un ladrido.
    
    —Entonces ven a por tu premio.
    
    Sin dejar de gruñir por lo bajo, gateó hacia mí y comenzó a morder la hebilla de mi cinturón con poco éxito. Aparté de un manotazo la mano que alargaba para ayudarse a hacerlo.
    
    —Sin manos —avisé, llevándose ella la mano a la boca para besarla antes de volver con rapidez a su posición a cuatro patas. Empezó a menear su trasero, moviendo una cola invisible y con la mirada fija en mi entrepierna.
    
    Me desabroché el cinturón e introduje la mano bajo mi ropa, restregándome el pene que ya empezaba a tener una dimensión considerable, mientras con la otra le acariciaba con fuerza el cabello, revolviéndole las trenzas. Dejé de hacerlo el tiempo suficiente como para terminar de desabrocharme el botón y bajarme la ...
«1234...»