1. Isabel, te follaba una y otra vez 3/9


    Fecha: 03/06/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: gungnir, Fuente: RelatosEróticos

    ... esa polla dentro de ella aunque estuviese al teléfono con su marido- …escúchame, por favor -miró a Carlos y él no supo si se dirigió a él o a su marido-. La facturación está al… -tomó aire cuando la polla caliente y dura se metía entre sus muslos y se rozaba con su coño-… día. Está al día.
    
    Isabel separó las piernas y agarró la muñeca derecha de la mano de Carlos, que estaba dando caricias a su clítoris. La mano izquierda de él subió hasta la boca de ella y ella la abrió hasta comenzar a chupar los dedos que se introdujeron dentro.
    
    -Kike -la voz de ella sonaba a súplica, alargaba la sílaba final de la palabra mientras Carlos le empujaba la espalda suavemente para que se inclinara y ella levantaba el culo hacia su amante-. Sí, te escucho. Habla tú -el glande besaba la entrada de su vagina, lo hacía con cariño y de forma placentera. Pero no era suficiente. Miró a Carlos usando el espejo, sus mejillas encendidas y su mirada de súplica decían que se la metiera, pero sus labios se mantenían sellados y su cuerpo expectante. Carlos se mantenía quieto con una mano en la base de su polla para mantenerla justo a la entrada de la vagina de ella y con la otra dejada caer sobre la espalda de ella. -¿Contratar a? ¿Alguien? -respondió como una autómata. No prestaba atención a la conversación. Sentía placer en su vagina, la punta había empezado a entrar, Carlos estaba penetrándola así que le miró y solo le vio quieto mirándola con esa sonrisa. -Sí. Sí. Contratar a alguien… mmm -lo dijo con un hilo de voz, repitiendo lo que había oído decir a su marido mientras echaba las caderas hacia atrás e iba tragándose la polla centímetro a centímetro hasta que no pudo tragar más y la tuvo toda dentro.
    
    Isabel había empezado a moverse con la polla incrustada en su ser. Había apoyado la mano derecha sobre el lavabo y movía las caderas para disfrutar de la polla que la penetraba, tan caliente, tan dura. Mantenía el móvil pegado con fuerza a su oreja pero no escuchaba nada de lo que le decía su marido. Sólo sentía placer en su vagina y deseo de soltar el móvil y volverse loca, dejarse ir.
    
    -¿Quieres que te folle? -Carlos volvía a susurrar a su oído libre. Ella alzó la mirada y la cruzó con la suya. En sus ojos vidriosos y entornados se adivinaba un sí. Carlos repitió la pregunta: -¿Quieres que te folle? -Isabel se quedó mirándole un par de segundos que parecieron horas y entonces asintió con la cabeza dándole un <<sí>> para luego bajar la cabeza. Carlos agarró las caderas de ella y comenzó a moverse. Movimientos lentos. Sacaba casi la polla por completo y la enterraba entera lentamente. Las caderas de ambos se movían en direcciones opuestas en todo momento y a la misma velocidad. Isabel estaba ahogando cada gemido en su garganta para no alertar a su marido, que seguía al teléfono al parecer hablando sólo.
    
    -Síiii. Síi, sí. Te escucho, cariño -resopló-. Vale, lo hacemos como tú quier-quieras -ahogó un gemido-. S-Sí. Haremos entrevistas. ¿Qué? ¿Tu hermmm-aaah...na? ...
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