El tormento de Elsa - 55 - - Relatos Eróticos

El tormento de Elsa - 55 -

... nuevo, esta vez con la vara, esta vez en su culo.

En estos momentos, su padre se encargaba de su culo, con saña salvaje, su madre de sus pies. No habían dejado de azotarla prácticamente desde que habían llegado del colegio, donde la niña había sido violada y azotada ya por todos y cada uno de sus profesores, que habían ido pasando por el despacho del director, incluyerndo Doña Anna, que en vez de iolarlaa la obligó a comerla el coño hasta que se meó dentro de la boca de la chiquilla que casi se ahoga.

La habian sacado casi a escondidas y a rastras, vestida deprisa y corriendo con el uniforme, apestando a sexo y pis, llorando, con el culo y los pies escocidos, el coño tan irritado y abierto que le dolia cerrar las piernas o moverlas al andar, el culo marcado y amoratado, con finas marcas que ya en ese instante empezaban a sangrar, pero que ahora era piel desgarrada ya.

Nada más llegar a casa la desnudaron del todo y la bajaron al sótano donde la habían encadenado al suelo, donde el otro día estuvo Elsa siendo violada por Bill, y la habían vuelto a azotar. Primero en su coño, con el cinturón, desde atrás, de abajo arriba, sin tiempo a que sus gritos de dolor parasen entre golpe y golpe; luego su espalda, con el cinturon tambien, hasta enrojecerla del todo, y ahora se deleitaban desde hacía media hora con sus pies y culo. La niña se había desmayado dos veces, y la habían despertado ambas con un cubo de agua fría.

Las lágrimas y el llanto entrevortaban sus súplicas y ruegos de piedad. Sus padres, que hacía ya rato se habían desnudado, decidieron poner punto y final a los azotes golpeando a la vez el culo y los pies. Agotados, dejaron caer sus instrumentos y vieron el pelele temblando que era Silvia, que jadeaba sudando y llorando, con el culo y las plantas de los pies destrozados, meandose encima y deseando morir. Sonriendo, Puri besó a su marido y abandonó el sótano subiendo a la casa.

-Espero que aprendas la lección. - dijo su padre agachándose junto a ella - No podrás escapar, jamás. Desde hoy vivirás aquí abajo, ocuparás esta posición, este lugar, hasta que dócilmente aceptes lo que eres, una perra sucia y despreciable, y como tal… serás tratada.

Gritando de dolor y desesperación,casi berreando, con lágrimas infinitas en sus ojos, Silvia no escuchó cómo su madre bajaba con Bill hasta que sintió al animal tras él.

-Ahora, cumple, perra, da placer a tu perro. - Dijo Puri.

Y gritando desesperada, la chiquilla notó cómo su perro, ese con el que gozaba en secreto cuando le lamía los pies el coño, la penetraba hasta dejar su bola dentro de ella, mientras sus padres subían a casa dejándola ahí encerrada a merced de Bill todo el tiempo que el perro deseara.

Su padre estaba esperándola en la puerta, sonriendo, mirando la escena. Su hijita, con el uniforme del colegio, descalza, los zapatos en una mano y de la otra Andrés, el hombre que la rompió el culo la primera vez, con el que tuvo pesadillas días, al que temía tanto como a ...