Andrea 4 - Relatos Eróticos

Andrea 4

... vagina. Me moría de placer. Beso mis pechos. Me saco la mano cuando estaba a punto de llegar al orgasmo, me tumbo sobre la mesa, tomo los spaguettis que estábamos cenando y los desparramo en mi cuerpo desnudo. Estaban calientes. Ella comenzó a comerlos sobre mi cuerpo, sobre mis tetas, los busco en mi coño… me estaba volviendo loca. Tomo un cuchillo y comenzó a recorrer mis pechos al mismo tiempo que su lengua los humedecía, jugo sobre mis pezones con la punta, siguio besándome mientras lo bajaba a mi coño.

- Abrete

Abrí mis piernas mientras el cuchillo recorría con habilidad mi sexo. Me sentí totalmente suya.

- ¿tienes miedo?

- No.

Sonrió. Movió su mano, no podía ver lo que tomaba, sentí algo duro entrando en mi vagina, gemí, empezó a masturbarme con aquello. Me di cuenta de que debía ser la botella de vino. No me resistí. La metió mas. Puso mi mano en ella.

- Sigue. No pares.

Me empece a masturbar con la botella, enloquecida de placer. Vi como se desnudaba. Se abrió de piernas sobre mi boca y me dio a comer su coño, mi lengua se lo trabajo, encontré su clítoris con facilidad, sabia como le gustaba. Las dos gemíamos como posesas, yo no paraba de correrme y ella empezó a dejar caer sus fluidos en mis labios. Se giro, puso su coño otra vez en mi boca, me quito la botella de golpe, y comenzó a lamerme mi vagina. Nunca en mi vida me había sentido tan tomada por nadie. Nos corrimos, orgasmamos como si no hubiera un mañana.

- Vamos.

Me llevo de la mano a su alcoba. Me acaricio antes de meterme en la cama.

- Eres una putilla.

Comprendí lo que quería que le dijera.

- Si, soy una puta.

Beso mis pezones mientras mis manos se centraban en sus grandes tetas.

- Seras de quien yo desee, te entregare a quien quiera.

- Si… Belen, por favor, follame.

Locas de placer nos entregamos en su cama. Esta vez ella no se corto en nada. Uso falos que tenia guardados, aplico pinzas a mis pezones… me causo dolor leve y placer intenso, sabia como graduarlo, como llevarme, durante horas nuestros cuerpos parecían uno. Su lengua en mi coño era la muestra de una perfección fuera de lugar, ningún hombre ni mujer me había dado tanto placer en toda mi vida. En un momento dado sentí como lubricaba mi culo, me temí lo que iba hacer, pero no se lo pensaba impedir.

Me dio la vuelta, me puso a cuatro patas, de forma que la cámara me enfocara bien, y comenzó a penetrarme el ano con uno de lo falos con los que jugábamos, otro me lo puso en la boca y otro me lo metió en el coño

- No te corras, perra.

Era mucho pedir… demasiado...explote en un enorme orgasmo mientras me rompía el culo. Entonces, sin que me lo pidiera, me recupere y tome la iniciativa… cogí uno de aquellos chismes y se lo meti de golpe en el coño mientras la besaba y comía sus tetazas.

- Oh, zorra, muy bien… si, sigue.

Lo moví rápido dentro fuera sin dejar de besarla y acariciarla...Exploto… después ataque su culo, sin lubricar, mas allá de lo empapado que estaba ...