1. Ello lo indicó: debía ser la hembra


    Fecha: 26/05/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Loquillo2023, Fuente: CuentoRelatos

    ... quien dispone del cuerpo y los recovecos de otro; con esa firmeza, con esa seguridad y placer.
    
    Me estremezco de solo pensarlo, pero aún más cuando empieza a suceder: me baja levemente la bombacha, siento la punta de su pene en la entrada trasera de mi cuerpo, me lo afloja con leves movimientos y luego, ya con sus manos fuertes y firmes sobre mi cadera, y me avisa:
    
    - Te conviene portarte bien. No luches. No resistas. Las nenas que se portan bien y conocen su lugar, son las preferidas.
    
    Y ahí empieza a introducírmela. Firme. De a pasitos. Gozando su poder centímetro por centímetro. Pasó la punta, el capullo y un gemido mío, y ahí mi mujer se desboca.
    
    - Voy a traer a mis amigas del trabajo para que te vean que sos una nena, les vas a servir los tragos mientras charlamos y nos ponemos de acuerdo quien te coje primera. Te van a dar duro. ¿Sabes el tiempo que llevan esperando, bebe? Ellas saben que te visto de puta y te cojo. ¿Creías que no se nota que sos hembra? Todas te desean, como nena, obvio. Hombres ya tienen.
    
    Pude llegar a decir que solo era puta con ella y nadie más, que esto es un juego que nos acerca como pareja, pero ella, mientras me estremecía con estocadas más fuertes y firmes, continuo diciendo:
    
    - Voy a ser la más popular de la ofi gracias a mi novio puta. Nadie se deja hacer esto. Nadie que sea hombre. Voy a ganar plata con vos. Me vas a conseguir un ascenso, o varios.
    
    Ahí se frena, la saca lentamente y me ordena que me ponga boca arriba. Obedezco mientras ella observa en detalle. Me reclino sobre la espalda, levantó mis piernas y las abrazo para que no se caigan, quedo así totalmente expuesto (o expuesta) a que mi esposa siga poseyéndome.
    
    Vuelve a metérmela, de prepo, me duele y pegó un gritito.
    
    - Cállate puta que naciste para esto. Cállate puta que te encanta.
    
    Mientras me garcha, acerca su rostro y me da besos. Me gusta, me apasiona. Es una mezcla entre rudeza (ella embistiendo mi cola cada vez más inclemente) y la ternura (ella besándome).
    
    Reitera:
    
    - Cállate puta abierta. Te tengo que entrenar para entregarte a mi jefe. No es justo que solo yo sea su putita. Vos también vas a serlo. Que te lleve un finde a su casa de la costa, que te haga lo que él quiera, que te vista como él quiera pero volves sí o si con mi ascenso bajo el brazo.
    
    La imaginación de mi mujer no tiene límites. Incrementa las embestidas, se pierde en el placer, me duele toda la cola. Me duele adentro. Me abre mucho. Su mirada me muestra su disfrute de haber quebrado mi voluntad, doblegado cuerpo, de tenerme a su merced, de quedarse con mi masculinidad, pero además, con la mano izquierda se toca la entrepierna. Disfruta también con su cuerpo. Está por llegar y a medida que se acerca su orgasmo, más duro me da. La mezcla de dolor y placer es un misterio pero una realidad para mi.
    
    - Amor, más suave porfi.
    
    - No bebe, para esto estás. Te la tenés que bancar. Para esto servis.
    
    Ya no lucho, ya no intento alivianar su agresión ...