1. Ello lo indicó: debía ser la hembra


    Fecha: 26/05/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Loquillo2023, Fuente: CuentoRelatos

    Ya cuando mi esposa me agarra una nalga y la aprieta, es porque deja en claro sus intenciones.
    
    Igual yo intento:
    
    - Amor, hoy quiero hacerlo al modo tradicional.
    
    Se ríe como si fuera absurdo, y su risa resuena por las paredes del comedor.
    
    - Amor, hace rato que no la pongo.
    
    Me da vuelta como un palillo y me da una nalgada, firme, fuerte.
    
    - Dios no te dio esa envidiada cola por nada. Esta para ser usada y abusada. Anda y vestite.
    
    Camine lentamente, pensando las palabras a decir. Llegué a la puerta del cuarto, me di vuelta y dije, casi implorando:
    
    - Hoy quisiera hacer de hombre.
    
    Se río de vuelta, con esa tonalidad perversa que no escuche en nadie más.
    
    - Bebu, vos ya te olvidaste de cómo ser hombre hace rato. Dale, ponete el camisón que mucho me costó y me gusta como te queda. No me hagas enojar. Sabes cómo me pongo.
    
    Me puse el camisón blanco semi transparente, que llega hasta poco pasadas mis nalgas, pero cuando me puse la bombacha y el ligero con medias negras, ahí la erección ya era innegable. Cómo puede ser, aún hoy me da vergüenza excitarme cuando me obliga a vestirme de nena.
    
    Salgo del cuarto y su mirada de triunfo y dominio, perversa, preanuncia la lujuria que verterá sobre mí, sin miramientos y no tengo dudas mi cuerpo quedara dolorido, pero feliz.
    
    Por lo pronto, me envía de vuelta al cuarto: olvidé los tacones. Elijo unos color azul oscuro.
    
    Salgo de vuelta y está sentada en el sillón. Me hace señas que me siente sobre su regazo, y apenas así lo hago me abraza, me besa y acercando su boca a mi oreja izquierda, susurra: "nabo, ¿no sabes acaso que así vestida para mí me pones más que todos los machos alfa con los que estuve?, vas a ser siempre mía, mi querida" y ahí es cuando yo ya pierdo todo limite, ¡qué me vista de mina, de mono, que me la clave en medio de la calle, no lo sé, pero mi esposa sabe como seducirme!
    
    En breve, se sacó la pollera y bombacha y ahí de rodillas estoy yo chupándole la concha, a lo que ella responde apretando el pelo, cuando le gusta y lo estoy haciendo bien. ¡Cuanto placer, cuanta entrega! Mi mujer se retuerce de placer, y nos cruzamos esa mirada cómplice hasta que, pasados diez minutos, dice basta.
    
    Nos levantamos, me besa y me toma de la cintura como si ella fuese el hombre y yo la mujer (lo que en realidad está ocurriendo).
    
    Me da tres nalgadas y le pregunto por qué me castiga.
    
    - Porque me gusta castigarte ¿Está mal?
    
    Y me da cinco nalgadas más, ya en la última intento apartarme del dolorcito.
    
    - Que cola tenés bebe. Mis amigas viven comentando.
    
    Y luego me señala el cuarto y ahí vamos, y le pregunto en qué pose quiere me ponga. No se para que pregunto si siempre es en cuatro.
    
    Me subo a la cama y obedezco. En cuatro estoy, dándole la cola y siento sus manos acariciármela y acariciar mi espalda, y me dice que voy a ser la putita más feliz del mundo y se va al baño. Va a volver con la pija lista y con la actitud de quien es amo y señor de otra persona, de ...
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