1. Paseo cuesta arriba


    Fecha: 20/05/2024, Categorías: Fetichismo Autor: AGinger, Fuente: CuentoRelatos

    ... de mi cuerpo, desnudo bajo la ropa, o por las feromonas que aquella fémina debía dejar en el aire, no serían pocas visto que para mi ella misma era lo más femenino que habían visto jamás mis ojos, me hacía sentir como una mentira, como un juguete, si ella era algo real, a mi me faltaba mucho ser para estar en su mismo mundo, en ese momento no atreví a verme reflejado en ninguno de los escaparates de la calle, tenía miedo de ver solo un boceto.
    
    Finalmente, y casi sin saber donde estaba ni que hacia yo allí, fijé mi lasciva mirada en uno de los talones de esa chica, sería el lugar por donde agarraría por primera ese pie para hacerlo mío, el lazo de un regalo que te hace soñar al imaginar todo lo que te puede ofrecer su contenido pero que, por contra, hace demorar tu sed porque precisamente el momento ese de expectativa e incertidumbre es el más álgido que puedes tener, y lo sabes. Ese talón daba sentido a todo el conjunto, excitación contenida y tristeza al ver algo tan inaccesible como sensual, toda la esencia de la mujer estaba allí, en ese pie, en esa suela caprichosamente modelada, con ese talón traicionero y esas curvas a lado y lado que te hacían perder la templanza. Mi pene llevaba ya largo rato duro, más que nunca diría, sentía deseos de eyacular al tacto de ese pie con mi glande, de agarrarlo tímidamente con mis manos y contornear con los dedos cada una de sus formas, soñaba con ser aquel que le vendió esas sandalias y que suavemente se las coloco en cada uno de sus tesoros, conteniendo una inesperada y ferviente excitación pero visualizando bien como aquella parte de su cuerpo de mujer se estremecía para entrar en el calzado, para sentir su tacto y textura, favoreciendo su sensibilidad y poder así dar cobijo a todas aquellas impresiones que debía percibir; previa compra de dicho calzado.
    
    Me sentía frustrado por no poder satisfacer mis más bajos deseos, en realidad, nunca lo había conseguido. Si bien ser fetichista de pies tiene sus ventajas, también tiene el gran inconveniente de ser algo muy complicado de satisfacer, realmente hay pocos pies que valgan la pena y, si bien uno se contenta con cualquier vagina mínimamente higiénica y de formas dentro del canon, con los pies es todo bien diferente. Pero bueno, no podía ser todo color de rosas, en todo caso, siempre es de agradecer tener un motivo más de excitación, no hay dos sin y tres y este ya era el cuarto, aun y así, lastima no tener más fetiches. 
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