1. Una Noche con Miguelito


    Fecha: 18/05/2024, Categorías: Dominación / BDSM Hetero Sexo con Maduras Autor: Naty, Fuente: SexoSinTabues30

    ... retorciéndose y palpitando mientras expulsaba la lechita que le quedaba dentro de mi culo. Sus embestidas se volvieron más lentas y finalmente cesaron, su pollita enterrada dentro de mí, aún dura, temblando de vez en cuando. Su penecito comenzó a ablandarse casi de inmediato. No me sorprendió, había estado constantemente duro toda la noche. No era necesario que le dijera que se quedara dentro de mí, ahora conocía bien mis deseos y nos mantuvimos conectados mientras se relajaba encima de mí, plantando suaves besos en mi hombro y cuello. Tomé su manita y deslicé mis dedos entre los suyos, y nos tomamos de la mano así por lo que pareció una eternidad. Acababa de tener el mejor sexo de mi vida, y fue con un niño de diez años. Después de que nuestros orgasmos disminuyeron, Miguelito sacó su miembro flácido de mi culo, y mientras lo hacía se estremeció de dolor y le pregunté si estaba dolorido. Respondió que si estaba mientras se bajaba de mí y se levantaba de la cama. Se dirigío al baño y regreso unos momentos después con una toallita tibia.
    
    Mientras yacía en la cama, feliz y exhausta, sentí que Miguelito comenzaba a limpiar mi culo, quitando suavemente el lubricante y su lechita, los residuos de nuestros acoplamientos. Cuando terminó, rodé sobre mi costado y observé a Miguelito mientras embadurnaba su penecito grasiento con el paño húmedo. Le dije que lo limpiaría mientras extendía la mano por la toallita, diciéndole que tendría cuidado de no lastimarlo. Miguelito me entregó la toallita y se recostó contra la cabecera mientras yo me acurrucaba entre sus piernas y lo limpie. Cuando terminé, arrojé la tela a un lado y me incliné, plantando un suave beso en su suave penecito antes de deslizarme junto a él y envolver mis brazos alrededor de su cuerpo joven. Miguelito suspiró satisfecho y apoyó la cabeza en mi hombro y nos quedamos allí abrazados hasta que oí que Miguelito empezaba a roncar. Lo desperté suavemente y le dije que no podíamos conciliar el sueño y que teníamos que vestirnos para poder dejarlo en su casa antes de que llegaran sus padres. Mientras se vestía, me puse ropa rápida y salimos de mi apartamento cansados ​​y con sueño. Cuando regresamos a su casa, era alrededor de la medianoche, y mientras subíamos los escalones hacia su cuarto, podíamos escuchar a Sofía y Angelito gemir detrás de la puerta de la habitación de Angelito.
    
    Miguelito y yo nos sonreímos el uno al otro, y caminamos hacia su cuarto y él se subió a su cama para acostarse. Me arrodillé frente a su cama y él tomó mi mano y me dio permiso para tener esta orgía con el resto de los niños. Le di un beso de buenas noches y le agradecí por darme permiso, y esto era todo lo que quería de él, su bendición para seguir adelante con la orgía. Esto puso las cosas en movimiento rápidamente, y había decidido que la orgía sería en la casa de Cecilia dos días después. Quería incluir a Reynaldito en él, pero era imposible que Reynaldo llevara a su hijito a la casa de Cecilia tan tarde en ...