1. Mi camino con Lola (II)


    Fecha: 02/05/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Escriboparati, Fuente: TodoRelatos

    ... habitación.
    
    De repente mis nalgas comenzaron más a arder que a doler. Primero la derecha, despues la izquierda, y asi alternándose varias veces; no las conté. Tras el insufrible ardor vino el dolor. Esta vez no era con el látigo. Algo me golpeaba y se retiraba rapidamente. Calor y dolor, ambos inaguantables se sucedían en cada golpe. En mi embotada imaginación supuse que era una caña inglesa. En uno de los textos que me envíó para leer se describía un cruel cstigo con ella. Volvieron los gritos, pero el castigo no cedía en frecuencia ni en intensidad. Me quemaba tanto la garganta como las nalgas. Por un momento, pensé que no iba a poder soportarlo, que iba a rendirme.
    
    Hubo un par de segundos de pausa. Tal vez tres, o tal vez cuatro.
    
    Un fogonazo de dolor sobrehumano partió de mi entrepierna y recorrió todas las terminaciones nerviosas de mi cuerpo. Mis muñecas pugnaron por arrancarse de su fijación. El grito pasó de espeluznante a apagarse en mi garganta. Los dedos de mis pies se crisparon lo poco que pudieron contra el suelo. Mi cabeza se alzó como la de los lobos al aullar. La caña habia golpeado con fuerza entre mis piernas abiertas impactando, sabiamente guiada, en mi sexo y privandome de cualquier función que no fuera la de sentir dolor.
    
    - Calma, pequeña, calma. Se que ésto te parece insufrible. Pero verás que lo aguantarás. Y aún cosas peores...
    
    Mientras me dirigía estas palabras puso la palma de su mano en mi sexo y empezó a acariciarlo hábilmente. Primero con la palma abierta, despues fue poco a poco introduciendo sus dedos por mi raja y recorriendo mi vagina, explorando toda su extensión. Seguía sintiendo como si me la estuvieran quemando, pero curiosamente, sus dedos no me producían dolor al acariciarme; de hecho, notaba como resbalaban por lo húmeda que estaba. Empezó a besarme el cuello y los hombros mientras seguía acariciando con extrema habilidad mi sexo. Los dedos llegaron al clitoris y lo empezaron a estimular suavemente. El dolor empezó a desaparecer de las otras partes de mi cuerpo. Mi sexo dolía, ardía y a la par me estaba generando placer. Eran muchas sensaciones, muchos estimulos a la vez y en tan corto espacio de tiempo. Sus besos, sus dedos estimulando con maestria mi clitoris, el roce de su pene enhiesto en mis nalgas y en mi ano. No pude hacer otra cosa y no quise hacer otra cosa; me abandoné a mi placer sintiendo como todo daba vueltas a mi alrededor, apretando las piernas para poder atrapar sus dedos con las paredes de mi vagina, echando mi cuerpo hacia atras para sentir la presion de su pene. Otro fogonazo salió de mi entrepierna y me recorrió el vientre entero en una oleada de placer indescriptible al tener el orgasmo. Mis piernas flojearon más que con los golpes. Estuve a punto de perder el conocimiento. De no haber estado atada por las muñecas hubiera caido la suelo sin duda. Mis piernas se llenaron de liquido que brotaba de mi sexo y corria hasta llegar a mis tobillos. Gemí largamente y las lágrimas ...