Inocencia Perdida I: Pagando viejas deudas - Relatos Eróticos

Inocencia Perdida I: Pagando viejas deudas

La vida lo ha tratado bien, desde muy joven tuvo la suerte de heredar unas tierras y ganar un buen dinero de ello, luego de comprar y vender más tierras, ese hombre se hizo dueño de una enorme finca en el campo y varios terrenos que les rentó a diferentes familias, pero siempre tuvo un problema muy serio con una de ellas, la familia más pobre de la zona, compuesta por una señora y sus dos nenas de 10 y 5 años, su marido se fue hace 4 años a Estados Unidos y nunca volvió así que lo dieron por muerto, la señora trabajaba criando gallinas, pero no sacaba buen dinero y ya había acumulado una deuda considerable, pero pronto encontró una forma de pagar esa deuda.

El hombre se dirigió a la casa de la señora Patricia, al abrir la puerta se paralizó

-¡Don Julian!- exclamó sorprendida y aterrada

-Buenas tardes, señora

Sin decir más entró como si nada y se sentó en una silla

-iré directo al grano, tenemos dos problemas, el primero es que usted me debe más de un año de renta y nomás se está haciendo pendeja y el segundo es que a mis 27 años todavía no me he casado y tengo mi mira puesta en mi futura esposa

Patricia se quedó en shock, en un momento pensó que se refería a ella, la verdad a sus 35 años no estaba mal, tenía unas enormes tetas y unas buenas nalgas, con un poco de panza, pero era una buena madurita morena. Muy en el fondo ella quería saber que se sentiría ser la mujer de un hombre tan poderoso.

-Don Julian… yo no sé qué decir, como usted recuerda mi esposo…

-Espérate, no estoy hablando de ti, quiero a la mayor de tus hijas, te perdono la deuda y te doy 5 mil, si aceptas se irá a vivir conmigo a la finca, si no se van de aquí en 15 días, tú decides

La señora se quedó callada con una cara de angustia

-Espere Don Julian, si usted gusta puede usarme a mí, pero por favor deje a mis hijas

Don Julian se levantó y se dirigió a la salida, pero fue detenido por Patricia

-¡Alto!!! Por favor, Don Julian déjeme hablarlo con mi niña se lo suplico- Suplicaba la humilde señora

Don Julian se limitó a sacar 5000 billetes de su chamarra y los dejó sobre la mesa, posteriormente sacó otros 2000 y le dijo a la señora

-Dos mil por una mamada con rusa, tendrás los otros 5 si me das a tu hija

Con los ojos rojos llenos de lágrimas Patricia se sacó sus enormes tetas, se arrodillo y liberó la verga de Julian de su pantalón, quedó impresionada y asustada por los 22 cm de verga que se cargaba ese cabrón abusivo, su mayor preocupación era que alguna de sus nenas tuviera que resistir esa enorme verga en sus cuerpecitos, pero sin más la mujer empezó a mamar como si su vida dependiera de ello, habían pasado años desde la última vez que comió una verga, Don Julian arrastró una silla y sentó mientras veía como esa mujer masajeaba su verga con sus enormes tetas mientras mamaba la cabeza, antes de correrse empujó la cabeza de la mujer hasta el fondo y terminó corriéndose en su boca, no la sacó hasta que todo el semen saliera. Patricia solo ...