1. Mi boca es tuya


    Fecha: 15/04/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: ericaCL, Fuente: TodoRelatos

    Este escrito nace de algunas reflexxiones sobre el film "Las 50 Sombras de Grey". Lo he estado analizando y me surgen algunas dudas que yo misma no he resuelto todavía. Las prácticas sexuales en las que existe la dominación/sumisión en ocasiones traspasan las fronteras del dormitorio. El dominante protege, dirige y controla al sumiso; quien, a su vez, se muestra servicial, complaciente y entregado. La persona sumisa puede generar una gran dependencia emocional, quizás sentirse aislada, alejada de amigos y familiares, ausencia de autoestima lo cual permite ser víctima de humillaciones y malos tratos. El dominante obtiene la admiración y la entrega que siente que merece; y el sumiso, falto de autoconfianza, puede ceder su dignidad a un otro que se hace cargo de él. Pese a lo tóxico de esta vinculación, ambos se sienten cómodos en ella porque responde a las carencias y necesidades propias de cada uno. Las experiencias que tenemos durante la infancia en ocasiones nos marcan de forma negativa. En el caso de las relaciones de dominación/sumisión, es probable que esté presente (en la persona sumisa) la herida de su infancia.
    
    Pero en las representaciones dominación/sumisión en "Las 50 Sombras de Grey", entiendo que el autor nos mostró a una protagonista absurdamente inocente, viéndose el hecho de que, a pesar de toda la exhibición de sadomasoquismo, el sexo era extrañamente convencional. "Dangerous Sweets" publicó un fragmento muy breve y muy crudo de otro enfoque de ese tipo de dicotomía, se refirió como: "una mujer que practica sexo corriente que quiere estar con un hombre pervertido". Es así que decidí escribir este relato y le di un raro final feliz mientras mantengo la problemática del abismo entre lo convencional y la perversión como el conflicto central.
    
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    Los músculos traidores se rebelaron y volví a hacer arcadas. Me hubiese disculpado si mi boca no hubiera estado tan llena con su pene.
    
    "Sh-h". Me acarició el cabello con infinita paciencia. "Lo estás haciendo bien. Solo respira por la nariz”.
    
    Cerré los ojos con fuerza, soltando lágrimas gemelas. No estaba llorando; fue solo la reacción de la mordaza lo que me hizo llorar. No parecía haber forma de detenerlo.
    
    Arrastrándome un poco sobre mis rodillas, hice otro esfuerzo decidido cuando él empujó mi cabeza hacia abajo. Esta vez recordé respirar por la nariz, pero no pareció hacer una diferencia. Otro espasmo se apoderó de mi estómago que subió hasta mi esófago.
    
    Suavemente, pero con firmeza mesurada, apartó mi cabeza y me miró.
    
    “Puedo sentir la tensión en tu cuello, en todo tu cuerpo, de verdad. No desaparecerá hasta que confíes en que no te asfixiaré."
    
    “Lo siento mucho. Parece que no puedo evitarlo. Si me dejaras chupártela a mi manera... Realmente soy buena en eso, ¿sabes?"
    
    Él frunció el ceño y me miró. "Eres una chupapijas sobresaliente, Amanda. Pero esto no se trata de una mamada. Me importa ...
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