Dominado por mi vecina adolescente (18) - Relatos Eróticos

Dominado por mi vecina adolescente (18)

... Pero no sé qué hacer-

-Lo que tú quieras estará bien cariño-

Mi orgasmo estaba apunto de venir, ella lo sabía y apretaba más fuerte con su dedo.

-Avisame cuando vaya a salir-

-Ya- dije unos segundo después

Entonces ella detuvo su dedo. Mi corrida parecía que iba a quedarse a medio camino, pero entonces disparé dos potentes chorros sobre las tetas de Irene. Fue increíble y también muy frustrante pues no me quedé relajado como después de un orgasmo.

-Jaja que bueno, vaya potencia cariño. Limpiame las tetas-

Chupe las tetas de mi novia hasta no dejar rastro de leche y nos fuimos a la ducha.

Era jueves, Laura y yo estábamos solos en casa, Irene no había aparecido ni daba señales de vida, eran cerca de las nueve de la noche y ella nunca llegaba tan tarde sin avisar. Yo estaba preocupado, había escrito a Ana pero ella tampoco sabía nada. Entonces sonó mi móvil.

-¿Estas con mi hermana en casa?-

-Sí cariño ¿Donde estas?-

-Tienes que hacer que salga, no puede verme así. Rápido por favor-

-Claro cariño, voy-

-¿Era mi hermana?-

-Sí, se tuvo que quedar a trabajar más horas en la residencia, está apunto de llegar. Me ha dicho que si podemos bajar a comprar, que no le da tiempo ¿Te importaría bajar mientras hago algo de cena?-

-No, claro ahora mismo voy- dijo servicial como siempre- ¿Que necesitas?-

Me inventé una lista de la compra, bastante larga para darle tiempo a Irene y le dí dinero a Laura.

Poco después de que ella saliese de casa, entró Irene totalmente desnuda y oliendo fatal.

-¿Que ha pasado?-

-Juan Carlos. Vamos al baño y te cuento-

Irene parecía feliz, pese al estado lamentable que tenía. Mientras se duchaba me empezó a contar lo que había pasado.

Estaba trabajando y me cabeza solo pensaba en Juan Carlos, mi coño chorreaba recordando lo del martes, tuve que hacerme dos pajas para poder trabajar y aún así seguía cachonda. Necesitaba verle, ser suya de nueva.

Así que cuando salí de trabajar fui directa al bar, esperaba encontralo allí y así fue. Nada más entrar por la puerta me vio y se acercó a mí.

-Hola zorrita ¿Otra vez por aquí?-

-Sí, me apetecía una cerveza y me gustó el bar-

-Claro, tienes su encanto ¿Vas a pedir entonces?-

-Sí, claro-

-Pide otra para mí ¿Tu pagas verdad?-

Asentí y me acerqué a la barra. El se pegó a mí y metió su mano bajoi falda, sus dedos tocaba mi coño y yo separé las piernas para dejarme hacer. Los dos señores que estaban a los lados miraban alucinados y la camarera me puso cara de asco, pero no dijo nada.

Nos sentamos en la misma mesa del otro día y empezamos a beber la cerveza.

-Zorra hoy no tengo mucho tiempo. Así que dime a qué coño has venido-

-Yo... Bueno... A que me folles-

-A que te folle, claro ¿Has traído dinero?-

-Sí, solo tenía cien en casa-

-Por esta vez te haré precio. Ya sabes dónde tienes que meterlos-

Me agaché bajo mesa y metí los dos billetes en su calcetín.

-Ya que estás ahí chupa el hueso a por ...