1. La abogada


    Fecha: 02/04/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: fernandobcn, Fuente: CuentoRelatos

    ... escaparme.
    
    Su coño estaba deliciosamente caliente. El algodón de sus braguitas, húmedo.
    
    Ladee uno de los lados de sus braguitas, dejando paso a mis dedos. Mis dedos índice y anular, se empaparon de inmediato al abrir sus labios menores e introducirse en su vagina. Con mis dedos dentro inicie un suave movimiento que acariciaba su pared superior, mientras mi pulgar acariciaba su clítoris, totalmente excitado.
    
    Dirigió su mano hacia mi polla, la acarició por encima del pantalón, con frenesí, palpando, los huevos. Me abrió la cremallera e introdujo su mano, sacándola fuera. Dejó besarme y la miró. Es como a mí me gustan, ni pequeña ni muy grande pero bien ancha, me dijo.
    
    Agachó la cabeza y beso el capullo, mientras miraba hacia arriba, hacia mis ojos, con mirada lasciva. Me la voy a comer, me dijo.
    
    Se introdujo mi polla en su boca, recorriéndola a lo largo con la lengua, con cálidos y húmedos lametazos. Bajando hacia mis huevos y chupándolos con fruición, lascivamente. Comenzó a chupar, nuevamente, mi polla metiéndosela todo lo que pudo dentro, iniciando un delicioso movimiento de arriba abajo, dejándola impregnada de su saliva.
    
    Estábamos los dos muy excitados, ella chupándome la polla y yo introduciendo mis dedos en su vagina y masajeando su clítoris.
    
    La retiré de mi polla y la subí a la mesa, que se balanceó ligeramente por el peso. La tumbé, retirándole la chaqueta y la camisa, bajándole la falda, quedándose en sujetador y bragas. Le retire el sujetador y baje sus bragas, dejándola totalmente desnuda. Contemple su cuerpo durante un instante fugaz, era hermoso, con unas tetas en su justa medida y unos pezones oscuros y totalmente excitados. Su coño estaba depilado y su vulva era adictiva e hipnotizante. Sus labios mayores ocultaban a los menore y dejaban ver solo una línea vertical.
    
    Quería poseerla, devorarla, comérmela dulcemente como si fuese un manjar.
    
    Con mis manos toqué sus pechos, tiernos y firmes, masajeándolos suavemente, notando como sus pezones se excitaban, sobresaliendo y endureciéndose.
    
    Acerqué mi boca y lamí un pecho y luego otro, para después recorrer con la punta de mi lengua sus pezones y ver como éstos respondían con dureza ante la calidez de la punta de mi lengua. Recorrí el centro de su pecho, bajando por su abdomen y llegando a su ombligo, hundiendo mi lengua en él. Seguí mi recorrido hasta llegar a su monte de venus y después al inicio de su vulva. Abrí esos hermosos labios para introducirla dentro, lamiendo sus labios menores, de arriba hacia abajo, notando su piel blanda, flexible, húmeda y cálida. Localicé rápidamente su clítoris, que sobresalía, y jugué con él, rodeándolo y presionándolo con la punta de la lengua, para introducirme en su vagina y notar todo el calor que desprendía y lo mojada que estaba. No paraba de arquearse y jadear, cogiéndome la cabeza con las dos manos y acerándola a su coño, buscando que mi lengua pudiera introducirse más adentro.
    
    Salí de su vagina y con la lengua me ...
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