1. La abogada


    Fecha: 02/04/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: fernandobcn, Fuente: CuentoRelatos

    ... paro de pensar lo estúpido que he sido, tranquilizándome, a continuación, al pensar que no me ha visto y que no ha pasado nada. Así en bucle hasta que a los quince minutos oigo un “Buenas Noches” lejano, a lo que yo también respondo “Buenas Noches”. Era Marta. Espero diez minutos más, por si acaso, y ahora sí me voy. Paso por la sala, la luz está apagada, no hay nadie. Soy el último en salir.
    
    Espero que no me haya visto, seguro que no, son imaginaciones mías, pienso, mientras bajo en el ascensor.
    
    La semana siguiente seguimos con nuestro día a día habitual. No dejaba de pensar en lo que había visto y escuchado el viernes por la noche. Era una faceta desconocida de Marta y sinceramente, me había encantado. La nueva Marta me calentaba y excitaba como nunca nadie lo había hecho. No dejaba de pensar en ella.
    
    Esa misma semana, decidí dar un paso más. Tenía un nuevo cliente, una gran empresa con la que teníamos que hacer un excelente trabajo por su potencial, tanto en sí misma por su envergadura y el trabajo que nos podría aportar, como en el sector para introducirnos.
    
    Después de la reunión con el cliente teníamos que buscar y recopilar un conjunto amplio de información, alguna de la cual se me antojaba compleja. En este caso concreto, pedí a mi equipo que me asignarán a Marta porque había demostrado unas excelentes habilidades para localizar información tanto por medios on line como off line, a pesar del corto tiempo que contaba entre nosotros. Como era un hecho incuestionable, a nadie le extraño mi demanda.
    
    Me la asignaron pero no tuve ocasión de reunirme con ella hasta final de la semana. Marta ya me había anticipado por mail que le hacía mucha ilusión trabajar conmigo porque aprendería mucho y que estaba a MI DISPOSICION para reunirnos y saber lo que tenía que hacer.
    
    Tenía una alta carga de trabajo y no me era fácil encontrar un hueco para reunirnos. Si me hubiera esforzado podría haberlo hecho, pero esperé hasta el final de la semana. Esperé hasta el viernes y hacia última hora, donde podríamos trabajar sin ser interrumpidos. Ya se sabe que los viernes la gente tiende a salir escopeteada.
    
    En este caso se daba la circunstancia que el lunes de la siguiente semana era fiesta, por lo que todos saldrían antes, incluso los más trabajadores. También es verdad que nuestros horarios no eran normales y no se caracterizaban por tener una hora de salida.
    
    Esperé hasta las ocho de la tarde. Antes me había dado alguna vuelta por la oficina y vi que no iba quedando nadie.
    
    Cuándo me aseguré de que no quedaba nadie y que seguía habiendo luz en la sala de los abogados jóvenes, me acerque y miré discretamente. Solo estaba Marta.
    
    Me acerqué a mi despacho y la llame por teléfono. Le pedí disculpas por las horas y por si estaba a punto de irse. Seguramente la estarían esperando.
    
    Al contrario, me respondió, estaré encantada de ponerme en marcha con este nuevo cliente. ME MOTIVA MUCHO aprender contigo, me dijo.
    
    No la había visto en todo ...
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