LA VENGANZA DEL MAYORDOMO - Relatos Eróticos

LA VENGANZA DEL MAYORDOMO

INTRODUCCION

Tenía 11 años en aquella época. Era una niña muy malcriada y maleducada de familia pudiente que por ser hija única contaba con todos los privilegios; por ende, me sentía con el derecho de tratar a todo el mundo como me daba la gana.

Y pues como todo en la vida…. Al que tiene se le da más, salí con la fortuna de ser hermosa. Rubia de pelo abundante encrespado, cara hermosa de piel canela, ojos verdes, labios cereza y ya contaba con mi cuerpito delgado muy bien formado con pequeños senos, colita redondita no muy grande y un leve tapizado de pelitos rubios en mi conchita. Muy estilizada y clasuda.

Niñita de casa mimada que aparentaba dulzura y castidad ante los mayores. En realidad, ya era muy calientica y había tenido mis fajes con alguno que otro del barrio y del colegio, pero especialmente con un primo de 18 años con quien había perdido mi virginidad un par de meses atrás.

QUE COMIENZE EL PASEO

Para la navidad de aquel año fuimos a pasar las festividades al condominio de recreo que teníamos en una zona vacacional muy exclusiva a donde llegarían familiares invitados dentro de los cuales estaba incluido mi primo.

Llegamos con unos días de antelación para aprovechar el verano y de paso mis padres irían organizando todo para las festividades. Como era normal nos recibió allí el mayordomo de la finca, un viejo que se encargaba del cuidado del condominio quien tenia muchos años trabajando para mi familia de unos sesenta y tantos años, al cual yo trataba con mucho desdén a pesar del tipo ser bastante servicial y quien vivía en una pequeña cabaña dispuesta para el distante unos trescientos metros de la casa principal.

Para mi era normal tratarlo con desprecio, le ordenaba todo de mala gana y ni las gracias le daba cuando cumplía algo que yo le solicitaba por lo cual sentía el fastidio que yo le producía; pero al mismo tiempo había algo en su mirada ya que cuando me paseaba por ahí en mi ropa de verano o en vestido de baño, me daba unas miradas morbosas de forma disimulada a lo cual yo respondía con actitud y mirada despectivas.

Siendo como era (una completa hija de puta) …como al tercer día de haber llegado, salí de tomar una ducha del baño de mi cuarto que quedaba en el primer piso de la casa el cual tenía en ese momento todas las cortinas abiertas. Allí afuera estaba el viejo arreglando el jardín y claro, podía ver todo dentro de mi cuarto desde donde él estaba. Yo tenía envuelto mi cuerpo con la toalla y podía ver que el me observaba disimuladamente, así que en un arranque de momento simplemente deje caer la toalla como si fuese un accidente quedando totalmente desnuda.

Fue uno de esos instantes que duran eternidades viendo la expresión del viejo petrificado mirándome totalmente desnuda. Yo continue mi parodia yendo a la ventana y cerrando la cortina con expresión de furia (que por supuesto era disimulada). Después de cerrarla me reía casi a carcajadas de recordar la expresión del viejo al verme totalmente ...