1. Emputecida y Sumisa


    Fecha: 10/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: merchemaria, Fuente: RelatosEróticos

    ... cometido excesos. Me indicó que me desnudara del todo y que me tumbara en el sillón ginecológico con las piernas abiertas.
    
    Empezó a tocarme las tetas suave al principio, pellizcando luego los pezones que se quedaron duros como piedras. Me dijo que iba a ser una puta muy fácil, protesté diciendo que se había creído, y me largó un bofetón diciéndome que me callara. Me dio la vuelta en el sillón y empezó a meterme los dedos por el culo, untándose un gel. Le pregunté qué estaba haciendo, respondiendo que me iba a joder, pero no por el coño porque no tomaba la píldora y no me quería preñar y que como no le gustaba usar condón que lo haría por el culo.
    
    Protesté y esta vez me empezó a dar azotes con un cinturón en el trasero. Entonces me quedé quieta, clavándome la verga de golpe hasta los cojones. Después descubrí que la tenía de 20 cm (mi marido la tiene de 12 cm). Me desmayé del dolor pero me puso una especie de sales en la nariz para despertarme y así poder sentir todo. Tardó en correrse unos 15 minutos, y durante los últimos 5 había desaparecido el dolor dando paso al placer, tuve un orgasmo impresionante.
    
    Luego me bajo de la camilla me puso de rodillas y me ordenó que le limpiara la polla con la boca. Yo nunca había mamado una polla y me negué, me largó otro bofetón y empecé a chupársela, con asco al principio mientras por el culo me goteaba la leche de la corrida anterior. Quería correrse otra vez pero en mi boca, se reía por mi inexperiencia, me fue dando instrucciones para hacerlo mejor, obligándome a mirarle a la cara todo el tiempo mientras se la comía.
    
    Primero me dijo que le lamiera los testículos, un rato manteniendo la verga sujeta con una mano. Después tenía que pasar la lengua desde los testículos hasta el prepucio lentamente, y luego empezar a mamársela rápido moviendo la cabeza arriba y abajo. Cuando notó que bajaba la intensidad me agarró la cabeza, y literalmente empezó a follarrme la boca, diciéndome que la relajara que si no sería peor. Me daban arcadas pero al final ya me iba adaptando a dejarle sitio. A los 20 minutos de empezar me llenó la boca de leche que me obligó a tragar mientras le limpiaba del todo la polla. Todo el tiempo me obligó a masturbarme con la otra mano. Jamás me había sentido tan sucia.
    
    Después me tiró las bragas y el resto de la ropa para que me vistiera, no dejando que me limpiara. Yo en mi vida había disfrutado tanto, me trató como a una puta dominándome en todo momento incluso por la fuerza. Una vez vestida se encendió un cigarro y me hizo un gesto para que me sentara. Me dijo que se había dado cuenta desde el principio que era una auténtica viciosa, pero que a lo largo de mi vida no había tenido las compañías adecuadas, por eso hasta ahora mi vida había sido ejemplar. Mi voluntad estaba totalmente doblegada por ese hombre y quizás tuviera razón en que si hubiera conocido el mundo del vicio antes ahora no sería una madre ejemplar, sino una degenerada.
    
    Me echó de la consulta, diciéndome que ...
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