1. Emputecida y Sumisa


    Fecha: 10/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: merchemaria, Fuente: RelatosEróticos

    ... forma ejemplar. Me levantaba a las 6:00 a lavar al niño vestirlo, darle de desayunar y llevarle a la guardería. A las 18:00 horas lo recogía y lo llevaba al parque a jugar, o íbamos a casa y me ponía a hacer la cena, y limpiaba lo que no hubiera dejado bien la criada.
    
    Después del parto, noté que las reglas no me venían de forma puntual todos los meses y eso me preocupada porque deseaba tener otro niño y no sabía si podría.
    
    Después de vacaciones, acudí a un ginecólogo privado que tenía la consulta cerca del trabajo, y esto fue lo que cambió mi vida de forma irreversible.
    
    Cuando vi a Rubén (que así se llama) por primera vez me quedé como hipnotizada, era un hombre que mediría 1:95, pelo rubio con un corte muy moderno, de unos 40 y tantos años, ojos verdes, en fin mi marido aunque no estaba mal era del montón en comparación con este hombre.
    
    Le conté cual era mi problema mientras me miraba de forma penetrante, y procedió realizarme las preguntas típicas de un reconocimiento médico., que yo respondía pensando en que me iba a tener que desnudar delante de él y que se me estaban humedeciendo las braguitas.
    
    Edad: 28 años
    
    Casada: Sí.
    
    Me peso y me talló: 51 Kilos, 1:78 metros. Me dijo que estaba muy delgada.
    
    Me preguntó si tomaba la píldora y le dije que no.
    
    Me preguntó si era fumadora y si era bebedora. Le dije que no había fumado en mi vida y que a lo mejor me tomaba alguna caña los fines de semana.
    
    A continuación me invitó a desnudarme detrás de un biombo, para que luego me tumbara en una camilla ginecológica con la piernas bien abiertas. Nada más pensarlo me estaba mojando toda, sería por la situación y porque el tío estaba buenísimo.
    
    Me tumbe en la camilla, supongo que el se dio cuenta rápido de mi situación, y empezó a tocarme con unos guantes de látex. Me metió la mano por el coño y el culo (todavía virgen), me di cuenta que me estaba masturbando pero no protesté. Usaba las manos de forma impresionante, estuvo así unos 10 minutos, tuve varios orgasmos tratando de disimularlos, y sacó una muestra del fluido vaginal para analizarlo.
    
    Me dijo que todo era normal y que me podía vestir. Me mandó unos análisis de sangre y una mamografía, diciéndome que volviera cuando tuviera los resultados.
    
    Salí con una sonrisa de la consulta. Jamás en mi vida había disfrutado tanto, sólo fueron 10 minutos, y tuve tres orgasmos intensos y que nunca había experimentado en mi vida. En los días que pasaron mientras me hacía las pruebas no podía dejar de pensar en él, en el trabajo, en casa, y en cualquier actividad cotidiana. Se despertaron en mí, unas ganas locas de hacer el amor y hacia el amor con mi marido con más frecuencia y pasión, pero siempre pensando en el ginecólogo. Estaba ansiosa por volver a la consulta.
    
    A los quince días volví, intentando vestir de una forma más sexi que el primer día con una ropa interior que realzara mis encantos.
    
    Miró las distintas pruebas, y dijo que eran las de una persona sana que nunca había ...
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