Alborozo sexual de casada consentida por su marido - Relatos Eróticos

Alborozo sexual de casada consentida por su marido

... puesto cachondo.

• Pues están bien los muchachos, como se te ha puesto el coño, putita.• Siempre tan dulce y poético. Creía que me dirías “Hola amor, ¿Cómo te va con toda la casa empantanada? Ja, ja, ja, ja.• Como eres tan puta, si me has mandado la foto, que se ve que la hiciste a traición a los muchachos, para ponerme cachondo. Que estoy seguro de que los habrás dejado cardiacos.• Pues te equivocas, porque he estado con vaqueros y con un jersey.• Seguro que han alucinado con tu culo y tus tetas, aunque no las mostrases más, ¿O no?• Lo reconozco, con mis tetas sí, porque como hablan entre ellos en francés y no saben que lo entiendo, me hace gracia.• Ja, ja, ja, ja. Lo entiendes y lo practicas muy bien. Seguro que a los tres les gustaría comprobarlo.• No te digo yo que no lo hubiera intentado si no estuviera el puñetero virus. • ¿No se te ha pasado ponerte mañana algún modelito especial?• No y no sigas por ahí, que no.• Es solo alegrarles la vista y luego nos damos nosotros el gusto. No seas mala.• Que no, primero por el virus y luego que hago yo sola con tres tíos en casa solos. Si se sale de madre quien está para defenderme. NO y NO.• ¿Qué edad tiene los negritos?• Es complicado calcular la edad, pero Simón que parece el mayor debe de tener 25, Bouba uno o dos menos y Guy es quien más me tiene despistada, pero parece el más joven.

Acabamos haciendo cibersexo y luego me quede peor, porque, además de calentarme la cabeza con los muchachos, me volvió mi glotonería y hambre por el sexo. Me quedé dormida sin cenar y por eso me desperté antes de las siete de la mañana, me di una ducha como pude en el baño que no había sido tocado todavía. En mi habitación, me iba a poner unos pantalones negros, poco llamativos, pero el demonio me hizo cambiar de opinión, me puse un pantalón corto no me gusto, me fui por otros que me los hice yo misma de unos vaqueros viejos. Que los hice para provocar, por gusto de mi marido, se veían el principio de mis cachetes y eran tan justos, que marcaban el resto de mi culo muy bien. Me mire en el espejo y sabía que se iban a alegrar. Con esos pantalones solo tenía que tener cuidado cuando me sentara, porque se podría ver parte de mi chochito. La parte de arriba era la que me traía más indecisa, hasta que elegí una camiseta publicitaria, que, si me agachaba solo un poco, se podían ver mi sujetador. Los veo venir y en segundos me quito el sujetador. Llaman y al bajar me veo en un espejo como se menean mis tetas. Me encontraba nerviosa, no por verme de esa manera, si no por saber si iba a causar la impresión que quería causar. Al abrir la puerta y entrar, supe que había acertado de pleno. Les dejé solos y me subí a trabajar, pero diciéndoles antes que, si necesitaban algo que me avisaran, que, si no les respondía es por tener puesto los cascos, ya que estaba teletrabajando.

No mucho después y estando trabajando oigo a Bouba desde abajo –Madame quitar agua- no respondo para provocar que suba, me coloco los cascos y me ...