Alborozo sexual de casada consentida por su marido - Relatos Eróticos

Alborozo sexual de casada consentida por su marido

Oscar había hablado con Roberto y le pareció buena idea lo de presentarme a otro como él, para darme la mejor de mis “fiestas” Oscar insistió a Roberto para que fuese otro escritor de relatos, que en principio parecía muy interesante. Roberto le ratificó a Oscar que era muy buena elección y que lo intentaría. Como nos dijo que era una persona muy ocupada, no iba a poder ser de un día para otro, en caso de que aceptara. Todos esos preparativos me tenían todo el día HOT, hasta el extremo de tener que masturbarme muy a menudo. En esos días empezaba a circular algo que había pasado en un país asiático, sin precisar mucho más. Como Oscar viaja mucho se empezaba a especular con un virus que venía de China y ya sabemos todos lo que sucedió a continuación, me ahorraré toda la historia. Tanto Óscar, como mi suegro y mi padre, no es que sean negativos ni pesimistas, pero todo lo que empezaban a hablar me preocupaba mucho y eso hizo que me enfriara en todos los sentidos. Mi suegro y mi padre que son siempre muy previsores, querían que nos fuéramos al pueblo, que ahí se estaría más tranquilo, nos metieron tal miedo en el cuerpo que al final acabamos aceptando. Una hora de viaje todos los días para trabajar y los colegios. Llegó el confinamiento y el teletrabajo. La casa no estaba acondicionada para vivir todo el año, estaba bien pues para un mes. Pasaron varios meses, nuestros hijos vivían más con los abuelos que con nosotros.

Oscar iba a trabajar más y sin embargo mi trabajo al 99 por ciento era desde casa. Empezaba el buen tiempo, había que poner a funcionar la piscina y comprobamos que necesitaba reparaciones. Hablamos con uno del pueblo que se dedicaba a todo tipo de reformas y nos hizo el presupuesto de todo lo que queríamos en nada de tiempo. Porque ya íbamos a aprovechar para cambiar cocina y baños. Los viajes al exterior eran complicados y Oscar tenía que ir fuera, le costó mucho las autorizaciones y un periplo para poder viajar. Me quedaría con el marrón de las obras, menos mal que tenía a mi suegro y mi padre. Que, si encontraba que algo no estaba a mi gusto, serian ellos los que hablaran con el de las reformas, que lo conocían. Los primeros días y estando todavía mi marido, llegaron unos operarios que levantaron prácticamente la piscina y removieron todo. Todo quedó destrozado y me daba un ataque, con lo ordenada que soy, eso no lo podía ver de esa manera. Estaba medio depresiva, nada de sexo, adiós trio con Roberto y sola con obras. Solo tenía un respiro cuando iba a comprar el pan y algo más, apenas hablaba con nadie, porque incluso mis padres no querían que nos reuniéramos mucho por si nos pegábamos algo, todo por el puto móvil, que le cogí manía. No veía que nada avanzase de las obras y los baños (Que era lo que más ganas tenía que cambiasen) y la cocina me hacían mucha falta. Porque cuando eso estuviera bien mis hijos estarían más cómodos. En un abrir y cerrar de ojos hicieron la piscina, hice un video y se lo envié a Oscar, que seguiría ...