Casado con una lesbiana. Capítulo 2 - Relatos Eróticos

Casado con una lesbiana. Capítulo 2

... hombre y no con un imbécil como Octavio y Rogelio

— Te agradará Jack. Es un santo si lo comparamos con ellos

— Eso espero. Te veré mañana. Adiós

Angélica cortó la llamada y soltó un suspiro, Sofía colocó la bandeja en la mesa de noche, le pregunta si necesita algo más y Angélica solo la tomó de la mano, la jaló con delicadeza y la plantó un suave beso. Sofía le corresponde, le quita el saco, Angélica le desabotona la camisa y desliza sus manos por los hombros para terminar de quitársela, la acuesta y sus besos pasan de los rosados labios hasta el cuello, pasa por el pecho sin desperdiciar ni un solo milímetro y con los dientes le baja el brasier para luego besarle el pecho izquierdo hasta llegar al oscuro pezón mientras le masajeaba el pecho izquierdo. El pecho de Sofía se agrandaba conforme a su respiración se aceleraba por la excitación, Angélica cambia de pecho, repitiendo lo mismo que hizo con el izquierdo y masajea este durante unos minutos, pasa por el abdomen y llega a la ya mojada vagina para comérsela como si la besara apasionadamente. Sofía se llevó la mano a la boca para que sus gemidos no pudieran ser escuchados

Angélica se detiene un momento para quitarse lentamente la camisa blanca, luego la falda y por último la tanga, no usaba brasier porque sus generosos senos se mantenían firmes; a Sofía le era imposible despegar la mirada de la figura torneada y Angélica mantenía una expresión coqueta mientras le hace una seña con su dedo para que se acerque. La sirvienta no lo pensó dos veces, se le acercó y dio un buen beso en los labios, lo cual fue aprovechado por la menor de los Valverde para deslizar su mano por la espalda y agarrarle el trasero, haciendo que Sofía suelte un gemido

Paula conversaba con Dolores, parecían abuela y nieta, Juan veía el lluvioso paisaje y nota que algo anda mal con Jack, pues de la nada piso el acelerador hasta el fondo y pronto entendió el por qué de ese acto, miró como los vidrios se empañaban de tal manera que pronto resultaría difícil ver. Paula y Dolores le pedían a Jack que desacelerara pero Paula notó la expresión que tenía, luego vio que la pareja de ancianos tenían la misma expresión pero la de los varones, sobre todo la de Jack, era ligeramente diferente mientras los vidrios ahora eran cubiertos por una delgada capa de hielo

— ¿Jack? — preguntó Paula sintiendo el corazón palpitar con más y más fuerza

Dolores tenía vidriosos y pedía a Dios que protegiera a su mascota

— Jack, ¿qué sucede? ¡Jack!

— Tengo que llegar — murmuraba Jack — Tengo que llegar

Oddy se encontraba escondido debajo de la cama, temblaba de miedo y por el frío, pues las ventanas de su hogar fueron cubiertas por capas de hielo y al ser un perro escuchaba más claramente los alaridos de una mujer que falleció hace mucho tiempo y que desde entonces busca desesperadamente a sus hijos; sin mencionar a aquella criatura que era una especie de criptido y dejaba sin una sola gota de sangre a sus víctimas, siendo ...