La Reunion (2) - Relatos Eróticos

La Reunion (2)

... te hizo gritar de dolor, mientras acariciaba tu coño.

Princesa, me voy a explicarle a Zorra lo que deseo que te haga. Empezaré por lo primero que tengo en la mente, y poco a poco se me irán ocurriendo más cosas para mí deleite.

Te pude oír que querías decir algo, pero entre las pinzas y el sufrimiento que sabías te esperaba, logré entenderte algo así como, ummmnog ogfavoh.

Me dirigí a mi nueva sumisa, que seguía en su posición de inicio, le coloqué dos dedos por debajo de la barbilla le levanté la cara y le dije mírame. Con su mirada puesta en mis ojos, la acaricié como el que acaricia la piel de un bebé. Dulce, suave y tiernamente, recorría con mis manos sus mejillas y boca, mientras le expliqué lo que debería hacer.

- Bien Zorra, esto es lo que quiero que hagas con Princesa. El látigo que hay junto al pie derecho de ella, lo vas a coger con la boca y me lo entregaras en mi mano. Y después, me contarás lo que ha pasado en el baño.

Una vez tuve el látigo en mis manos, te dirigiste a mi:

- Mi señor, permiso para hablar.

- Concedido, habla.

- Mi Señor, siendo quien es y de quien se trata, me he sometido a su entera voluntad, para ser tratada como ella quisiera. Me ordenó le quitara la venda de los ojos y le quitara la correa. Me indicó que me pusiera en posición de Inicio, se colocó delante mía, y me ordeno le mirase a la cara y sacara mi lengua, me acerco su coño, y empezó a restregarse. Pronto empezó a humedecerse y me ordeno le introdujera un dedo en su ano y la masturbara, mientras que con mi otra mano me masturbara yo a mi misma. Si se corría antes que yo, me castigaría sin tener piedad, en el primer momento que pudiese. Yo solo estoy aquí para obedecer y dar placer a quien me lo pida, tal y como me ha ordenado. Cuando empezaba a correrme, me ordenó no lo hiciera y le metiese dos dedos en su culo. Ella gemía, y yo aguantaba mi orgasmo, deseando me autorizase a terminar, cosa que no hizo hasta que ella exploto en mi cara. Lo siguiente que me dijo, fue que como no me había corrido antes que ella, me preparase para mi castigo, que iba a ser doloroso, y me autorizo a correrme. Cuando nos corrimos cada una, abrió el grifo de la ducha fría, y me mojo por completa, diciéndome que debería estar limpia para mi amo. Después, me ordenó le limpiara para su Amo, la enjaboné y le frote todas las partes de su cuerpo. Me ordenó, le retirase el jabón con la boca y la lengua, y cuando terminara, la limpiase con agua limpia, ya que no quería que le dejara una zorra su sabor en su cuerpo. Cogiendo el bote de aceite, me ordenó le bañara en él, y le masajeara por todo el cuerpo. Acto seguido me dijo me limpiara yo, y le preparara para usted. El resto ya se lo he mostrado.

- Perfecto Zorra, ¿ha disfrutado Princesa?

- Si mi Amo.

- Me alegra saber que has hecho disfrutar a mi princesa y tu hija. Se merece disfrutar mucho al igual que tú. Dejadme deciros una cosa, ahora que estamos los tres, y no lo volveré a repetir jamás, quien ose a ...