Mi vida con Lucy 5 - Relatos Eróticos

Mi vida con Lucy 5

... deliciosa bolita del placer sensible quizá todavía por los juegos previos con Bernardo y Mario, su sabor era increíble, su olor su calor, todo era increible. mi boca jugaba ritmicamente con su sexo y de pronto mi hijita se tenso y jalo con fuerza mis cabellos pegando su pepita a mi boca mientras temblaba con pequeños espamos, mis ojos se levantaron y vieron a mi pequeña con la cabeza hacia atras ahogando un gemido apretando los dientes, pero mi vista se nublo cuando chorros de orina inundaron mi cara, yo ni loco apartaría mi cara de su pepita, me bebi toda esa deliciosa agüita del cielo aparte tenia mucha sed, Lucy poco a poco me soltó del pelo mientras se desvanecia en el sillon y trataba de recuperar el aliento. Auenque tenia la verga a tope me dolia mucho la cebeza para hacer algo mas, ademas mi pequeña tenia que recuperarse un poco mas

Yo: ¿Te sientes mejor? princesa.

L: (Recobrando el aliento) Si papy. pero tengo mucha hambre

Yo: ¿te gustaría comer Pizza? y que Veamos Mohana (una de sus películas favoritas).

L: !SIIIIIIII! que la pizza sea Hawaina. dijo mientras ambos nos sentábamos.

Yo: Muy bien yo ordenare la pizza, pero tu te tienes que ir a bañar antes de comer.

Lucy corrió al baño, moviendo esas nalguitas tan coquetas. yo me quede embodado viendo a mi hijita y su hermoso cuerpo. Mi verga palpitaba y escurría precum. por un momento pensé en seguirla y culiarla Salvajemente pero nuevamente tuve que contenerme, ya tendria tiempo para hacerlo con calma y disfrutar al maximo de ella. Tome el celular vi que tenia muchas notificaciones de mensajes en mi Telegram, pero solo llame al pizzaria, ordene la comida, y despues busque un buen analgésico para el dolor de cabeza, seguía desnudo ya no tenia para que usar ropa frente a mi hija así desnudo me sente en el sillon esperando que las pastillas hicieran efecto. Recline mi cabeza y cerré los ojos mientras las pastillas hacian su efecto y de nuevo perdí la noción del tiempo, hasta que me desperto el ruido del timbre, desperté sobresaltado, el timbre insistia e insistia, grite voy, !mierda! ¿donde estan mis pantalones? Ante la insistencia del timbre tome un cojin del sillon y me cubri y abri la puerta con algo de verüenza, para colmo mi verga seguia dura como piedra, con una sonrrisa esperando q