1. Primer encuentro con S (1)


    Fecha: 18/03/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: former126, Fuente: TodoRelatos

    ... sobre. Sin ningún tipo de prisas me he quitado la chaqueta y los zapatos, haciéndote saber en todo momento qué estoy haciendo y dónde estoy.
    
    Me arrodillo a tu lado sobre el colchón y te observo. No te mueves, pero el ritmo de tu respiración delata tus nervios, haciendo subir y bajar tus pechos coronados por unos pezones que ya empiezan a estar duros. Paso la punta de mis dedos a su alrededor lentamente provocando un ligerísimo suspiro, apenas perceptible pero inconfundible.
    
    Oyes como abro el cajón de la mesilla. Dentro he guardado antes el cinturón del albornoz. Junto tus manos y las ato bien fuerte para después inmovilizarlas en el cabecero de la cama. Acerco mi boca a tu oído y te susurro “Por fin vas a ser mía”. Tu respuesta consiste simplemente en una sonrisa.
    
    Sin prolegómenos llevo mi mano entre tus piernas para encontrarme con un coño ya mojado. Lo exploro por completo con los dedos, de arriba abajo, mojándolos bien de tus flujos. Cuando están bien empapados los llevo a tu boca para que notes tu sabor, aunque sé que no te es extraño. Con hambre los chupas hasta que quedan bien limpios. Pongo las manos sobre tus muslos y abro bien tus piernas, dejándote completamente expuesta.
    
    Vuelvo a jugar con mis dedos en tu coño y cuando están bien lubricados introduzco el corazón y el anular arrancándote por fin un gemido en toda regla. Los muevo en tu interior lentamente, buscando cada rincón, deteniéndome en tu punto G. Tú respondes arqueando la espalda, señal que interpreto como bandera de salida. Así que empiezo a follarte con los dedos de la mano derecha mientras tu respiración se acelera y crece el volumen de tus gemidos.
    
    Con la izquierda pellizco tus pezones, cada vez más duros. Tanto que no puedo resistir la tentación y empiezo a succionarlos y morderlos, cosa que te pone al borde del orgasmo. Incremento el ritmo de mis dedos en tu interior y no tardas nada en correrte sonoramente, retorciéndote de placer.
    
    Te desato y dejo que te recuperes un poco. Me sirvo un refresco y me siento en el sofá de la habitación a observarte. Cuando has recuperado el aliento te quitas el antifaz y me miras con unos ojos radicalmente distintos a los que he conocido abajo en el bar. Sinceramente, prefiero estos. Te levantas y vienes hacia mí. Me quitas el vaso de la mano y das un largo sorbo. “Esto no ha hecho más que empezar. Ahora me toca a mi” me dices con una sonrisa en los labios.
    
    Continuará... 
«12»