1. La ultima gota


    Fecha: 17/03/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... con una fuerza brutal y con gran rapidez; comencé a sentir dolores quemantes y antes de la docena de golpes me sacudí con espasmos que hicieron brotar el semen en pequeños chorros; la zapatilla siguió golpeando hasta que paro de salir la esperma.
    
    Luvna me ordeno que limpiara las zapatillas, las acerco a mi cara y debí limpiarlas con la lengua hasta que le pareció suficiente. Seguidamente utilizando las zapatillas comenzó a excitarme acariciándome el pene y los testículos; al rato consiguió una aceptable erección.
    
    Tomo una de las zapatillas y comenzó a castigarme con furia. El dolor era insoportable y continuo; en algunos viajes la punta de la zapatilla restallaba sobre el glande y me producía una sensación de fuego. Luvna separaba sus piernas, se afirmaba en sus talones y revoleaba el brazo con la zapatilla para dar mas fuerza a sus golpes; estos eran de una precision absoluta castigaban sin piedad al pene los testiculos y el glande, mi excitación crecia y en un momento me parecio que iba a eyacular, pero no. Al cabo de unos treinta golpes sin resultado, estaba cubierta de sudor, ceso el castigo, observo el pene y tomo de una mesita un par de zapatillas idénticas pero de color rojo. Estas zapatillas tienen menos uso son menos flexibles, espero que sus golpes provoquen tu eyaculación. Me froto el pene con la suela y pude comprobar que era más áspera que la anterior.
    
    Continuo la azotaina con ferocidad renovada la zapatilla roja se alzaba y descendía velozmente a su blanco, fueron casi dos docenas de golpes los que me provocaron el espasmo y la aparición de unos tímidos chorritos de semen.
    
    El Ama estaba satisfecha, luego de la limpieza de las zapatillas que realice a conciencia con mi lengua me dijo: Esto sé esta volviendo dificultoso, deberé emplear métodos más severos para seguir exprimiendo tu jugo. Acerco un caballete de madera con altura regulable y lo coloco de forma que mi pene quedara acostado sobre él. De esta forma el pene quedaba firmemente apoyado sobre la madera por lo que los golpes harían mucho más efecto.
    
    Terminado esto comenzó a excitarme con las zapatillas hasta lograr una erección, verifico que el pene estuviera bien apoyado en su lecho de madera y blandiendo la zapatilla roja comenzó a castigar. Lo hacia con la furia y energía de siempre pero el dolor era mucho más intenso, la suela azotaba la carne y esta apoyada sobre la madera absorbía todo el peso del golpe; yo trataba de inspirarme en la figura casi desnuda de Luvna para provocar mi eyaculación pero no lograba nada. Al completar unos treinta golpes paro el castigo y observo atentamente mi pene. Estoy sorprendida dijo, por la resistencia de tu piel es muy raro que aun no haya saltado tu sangre. seguiremos con mas severidad. Mi pene presentaba un aspecto de terror, se encontraba totalmente hinchado e inflamado por las anillas y los azotes recibidos; su cuerpo estaba brillante, las venas se trasparentaban y grandes moretones lo cubrían; el glande parecía una ...