1. Blind


    Fecha: 02/03/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: ElRelatoDeCarlos, Fuente: TodoRelatos

    ... que estoy aquí? te preguntas. Ahora él se quita la corbata de color burdeos. Chloé sonríe antes de que se marche su sentido de la vista. Le tapa los ojos usando la corbata de venda. La cabecita de la muñeca es pequeña y da para dos vueltas. Tú miras por ella.
    
    Cuando termina el nudo, él la besa en la comisura, ella lo busca, pero tarde. Le susurra algo más, una caricia y se separa de ella. La fragilidad de la chica se hace más latente sin la percepción de la vista. Estira su cuello estilizado, blanco, sensual y gira, con delicadeza oriental, la cabeza para focalizar los sonidos. El metro para en la penúltima estación. Nadie sube.
    
    Chloé mira sin ver. Él la observa. Desliza la chaqueta por sus piernas hasta dejarla sin la protección. Ella se estremece y, sorprendida, sonríe nerviosa. Mira con el tacto sus piernas desnudas sujetas por el fino puente de su ropa interior. La besa. Susurra. La besa, de nuevo y se va.
    
    Se para junto a ti. «Porte serio, fuerte, varonil…»te dices. Él te mira, sonríe con sus labios finos, ocultos entre la barba cuidada con precisión geométrica. Se lleva un dedo a la boca y te pide silencio. Tú asientes, no sabes por qué, pero le dices que sí. Se echa la chaqueta al hombro y sale al andén. El metro continúa. La muñeca también.
    
    Oyes el vaivén de los vagones al pasar los cambios de aguja: ¡Tatá, tatá, tatá…! Chloé desliza su mano por entre el blanco monte: una muñeca de porcelana. ¡Tatá, tatá, tatá…! Ella abre su boca de frutas carnosas, las muerde; son sabrosas, suculentas, húmedas y dulces. Muerdes los tuyos también y saboreas. Cruzas las piernas; presionas. ¡Tatá, tatá, tatá…! Las luces parpadean de forma estroboscópica por los túneles.
    
    Chloé se deja llevar por sus caricias eruditas en su cuerpo. Sus dedos de pianista checa la llevan al cielo, su boca se abre deliciosa, los labios brillantes, su pecho se eleva; tensa las piernas, clava los tacones de aguja rojos; arquea la espalda y tú anhelas su infierno. ¡Tatá, tatá, tatá…! Te aferras al aire denso del vagón, la oyes gemir entre las luces y sombras. Te alimentas de su pasión y tu calor sube llamándote. Quieres levantar tu vestido negro de algodón y averiguar si ese Señor te desea igual a ti. Expuesta. Exhibida. Necesitas tirar de tus bragas, apartarlas y meter tus manos en la profundidad del infierno. Deseas ser ella. Cierras los ojos y la saliva se enreda en tus dedos. ¡Tatá, tatá, tatá…!
    
    Elconvoy va desacelerando. Tú también. La última estación y un hombre espera en ella. Cuando te quita su corbata la luz te ciega y el aire te quema el pecho. Se ha marchado.
    
    Un mensaje en tu móvil: “¿Te ha gustado, Chloé?” 
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