Disfrutando la esposa de un cornudo sumiso. - Relatos Eróticos

Disfrutando la esposa de un cornudo sumiso.

... cabeza-

-No te hemos escuchado cabrón, dilo mas fuerte que nos enteremos. -Le grite en tono autoritario-

-Si, me gusta sentirme humillado, me pone muchísimo.

-Sal fuera y espera en la puerta. -Ordene-

-Ana, tienes que entender que esto es solo un juego, a el le gusta, a ti aun no, pero deberías intentarlo, cuando asimiles que puedes disfrutar con otros hombres con el beneplácito de tu marido disfrutareis mas del sexo, saldreis de la monotonia y lo veras como algo normal, no le haces daño, es lo que el quiere.

-Bueno, si es lo que quiere lo intentare.

Venga, ordenale que venga y dale el gusto.

-Carlos, ven aqui.

Apareció ipso facto en la entrada de la habitación.

-No te quedes ahí parado, ven.

Tras decirle que se acercara abrió las piernas, me levante, cogí mi cubata y me quede observando la situación.

-Comemelo¡

Metió la cabeza entre las piernas de su mujer pasaba la lengua de abajo arriba con ansia, lamía y chupaba mientras se masturbaba.

Me tumbé al lado de Ana con el cubata en la mano, Con la otra la cogí de la mejilla y la bese suavemente mientras su marido seguía lamiendo.

-¿Te gusta?

-Siii, mucho, lo tengo muy sensible y da mucho gusto, aggg, dios que gusto, nunca me lo había comido asi, ufff.

-Pues esto es solo el principio, como te dije vas a disfrutar como nunca has disfrutado. Ahora sigue humillándolo, no le haces daño, a el le gusta de verdad, a ver de que eres capaz, dile que meta la lengua dentro y lo limpie bien.

-Mmm, mete la lengua mas dentro cabrito, no dejes nada, a ver si me voy a quedar preñada.

Le dijo mientras agarraba la cabeza de su marido y la apretaba con fuerza en su sexo, eso me puso a cien. El trabajito de su marido había echo que se volviera a poner cachonda.

Carlos levantó la cabeza y la miro sorprendido.-¿Pero no tomas la píldora?

-Si, pero quien sabe, lo mismo dejé de tomarla hace unos días.

Me guiño un ojo.

-¿Porque paras cabrón?, sigue comiéndomelo, y saca todo lo que hay en el fondo si no quieres criar al hijo de otro. -Le ordenó a su marido mientras aplastaba su cabeza entre sus piernas.

-Ufff que rico, que gusto da.

-¿Quieres que te folle el tu marido?

-Quiero que me folles tu.

-Me tienes que dar unos minutos, además, estoy seco voy a beber algo.

Carlos pegó un bufido y levantó la cabeza asomando entre las piernas de su mujer. Se había estado masturbando mientras hacía el trabajito a su mujer.

-Este ya se ha corrido, ¿quieres que te lo siga comiendo?

-Si, aún tengo ganas.

-Pues ordénaselo, tu eres la que manda, ahora tiene que hacer lo que le ordenes, ya es tu cornudo y sumiso oficialmente.

Se le quedo mirando, lo volvió a agarrar de la nuca y lo apretó entre sus piernas.

-Tu sigue comiendo hasta que yo te avise y méteme los dedos a ver si por una vez consigues que me corra, joder¡¡

-Carlitos…hemos despertado a la fiera. Jajajaja.

Cuando volví del baño aun seguía entre sus piernas, ella con los ojos cerrados ...