1. Mi enorme primera vez


    Fecha: 07/09/2019, Categorías: Sexo Oral Autor: Lady S, Fuente: CuentoRelatos

    ... reflejaba lo mucho que este hombre me hacía suya a cada empujón. Su mano estrechando mi cuello y yo de vez en cuando como si fuera un acto de instinto, la buscaba con mi boca para que sus dedos se metieran en ella.
    
    Cuando menos me lo espere, él bruscamente me dio la vuelta, yo lo miré totalmente entregada y sumisa, como si le dijera «sí a todo lo que me hagas» me levantó en el aire, sentándome encima del marco, y viendo hacia abajo para volver a metérmela.
    
    Al momento que lo hizo sentí como me habría en dos «ya que la metió más profundo» mis uñas prácticamente se clavaron en su espalda y mis dientes parecían crujir entre gemidos. Él me veía directamente y sonreía con mesura, disfrutando como gesticulaba combinando dolor y placer que explotaban entre mis piernas y las suyas.
    
    En un momento inoportuno la metió un poco más «casi diría que llegó a los 20 cm» frunciendo el ceño y cerrando los ojos muy fuertemente expresando dolor, abriendo la boca, a modo de reflejo mi cuerpo se entumeció y traté de sacarlo de nuevo, dándole una cachetada y golpeándolo para que se alejase.
    
    — ¡Nene! Te dije que despacio… —él no se apartó ni yo salí de donde estaba, pero si se detuvo y la sacó por completo, apoyándola sobre mi abdomen.
    
    — ¡Perdón! No puedo controlarlo… me aprietas mucho y quiero meterla entera —dándome besos y riendo.
    
    — Ay dios… la tenés muy grande, me encanta, pero…
    
    Fue un momento clave, reconsideré que ya era la segunda vez que había sentido ese punzante y ardiente dolor, no quería sentirlo una tercera vez. Aunque me encantaba, el riesgo era muy alto «o al menos eso pensaba.» Pero no podía verlo ahí con esa cosota latente y tan tiesa esperando nuevamente a que me “recuperase”.
    
    — A ver… —lo corrí, poniendo una mano en su pecho para que se alejara y me dejase espacio así me paraba bien.
    
    — ¿Qué pasa? ¿querés parar? Yo quiero lo mej…
    
    — Sh, cállate —me arrodillé y mientras se la masturbaba con ambas manos— la tenés muy grande y me duele mucho, pero eso no significa que me vas a dejar sin leche.
    
    — No… pero no hace fal… —trató de sacarme y comencé a chupársela con brusquedad hasta que me agarró de la cabeza en señal de que le encantaba.
    
    — No me interrumpas cuando —masturbándosela muy fuerte—, estoy comiendo ¿okey?
    
    — O-okey… —contestó jadeando.
    
    Continué con ese ritmo lo más que pude, tocándosela, succionando, dándole besos, diciéndole cuanto me gustaba su miembro duro y tieso. Mientras el solo disfrutaba y gemía, en algunas oportunidades le daba una mini garganta profunda moviendo la cabeza hacia los costados «de forma voraz» para que la punta rozara donde empezaba mi garganta, podía notar como entumecía el abdomen cada vez que lo hacía.
    
    Apoyé mis manos otra vez en sus muslos para que él se moviese «y también descansar un poco, mi cuello no daba más y tenía casi dormidas las manos». El de pronto se puso como loco a embestirme la boca, tanto así que era más fuerte el sonido jugoso que hacíamos, que las propias gotas de ...