Chantal camino de la exploración IV. Vamos al cine - Relatos Eróticos

Chantal camino de la exploración IV. Vamos al cine

... puerta del local, sentí su lasciva mirada través del retrovisor pero en lugar de molestarme, me alagaba

Sin más, entramos en el local, una típica Sex-shop, no había mucha gente a esta hora del anochecer y aquí sí que desabroché del todo la gabardina para que pudiesen observar mi cuerpo semidesnudo y excitado y le dije a mi marido que dejase a la vista su pene encerrado en una mini jaula de castidad y sus pezones atrapados con una pinzas eléctricas. Puse el mando en automático y con una intensidad media-baja pero suficiente para notar en su cara las descargas dolorosas y paseamos por las diferentes zonas del local, provocando las miradas de los asistentes. Sabía que las descargas en sus pezones además de un cierto dolor dependiendo de la intensidad, le producían excitación y placer como a un buen sumiso

Nos dirigimos al encargado para preguntar por el cine porno y por la hora de comienzo de la nueva película y de su temática. Nos informó, con una gran sonrisa al vernos así, y que en escasos 10 min empezaba una nueva sesión, también nos informó que en su interior había un pasillo francés con muchos agujeros de gloryhole por si podía ser de nuestro interés y que por ser una pareja no había coste alguno de entrada. Me encantó la idea de poder disfrutar de varios penes bien erectos para nosotros dos.

No tardamos mucho en entrar a la pequeña sala, había algo de iluminación en espera de iniciarse la nueva sesión, que nos permitió buscar un sitio adecuado cerca de pasillo francés y comprobar que había algunos hombres sentados y algunos otros que entraron detrás de nosotros sin dejar de mirarnos al quitarnos las gabardinas y dejarlos ver nuestros cuerpos semidesnudos

A los pocos minutos se apagaron las luces y empezó la película, le indiqué a mi marido que se quitara la ropa dejando ver su mini jaula de castidad y el plug anal y se sentara en el suelo enfrente de mi sexo y empezase a estimularlo mientras yo manipulaba los mandos de los pezones y del recto de mi marido. Yo tenía los pezones bien erectos y mi sexo estaba muy húmedo y Daniel estimulaba mi clítoris e introito vaginal de una forma excitante, sabía cómo hacerlo y lo estaba haciendo estupendamente.

Enseguida se sentó un hombre de buen aspecto a mi lado, otros ya estaban en la filas de detrás viendo a mi marido estimular sentado en el suelo mi sexo, no tardo en apoyar su mano en mis rodillas desnudas y masajeando las parte interior de las piernas llegó también a mi sexo que también era chupado por mi marido, no pude evitar estremecerme al notar como sus dedos buscaban mi sexo totalmente humedecido. No tardó demasiado en sentarse otro hombre a mi otro lado, algo mayor, que empezó a manosear mis pechos y pezones y desabrocharme el sostén para dejar libres mis enormes tetas hambrientas de ser manoseadas y chupadas. Me corrí intensamente sin poder evitarlo, noté como mi maridito sorbía mis secreciones vaginales, y yo desabrochaba las cremalleras de mis acompañantes para liberar sus ...