1. La Sucursal.


    Fecha: 13/02/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Rafabisex, Fuente: SexoSinTabues30

    Claudia aparcó el coche en el abandonado parking. Tan sólo tres o cuatro coches de alta gama estaban parados. Un par de chóferes hablaban gesticulando de forma exagerada.
    
    La joven salió de su vehículo. Era joven. 23 o 24 años. Vestía una minifalda ajustada que realizaba su cuerpo trabajado diariamente en el gimnasio. No era muy alta pero destacaban sus piernas firmes y torneadas que el zapato de tacón estilizada aún más. Pelo negro rizado y unos ojos verdes felinos que no se escondían en un rostro de piel blanca y pecosa.
    
    – ¡Joder, nena! Te ponía sobre el capot del coche y te reventaba a pollazos hasta hacerte un hijo. – dijo uno de los hombres mientras dejaba caer una colilla de cigarro al suelo. Su compañero le río la gracia.
    
    La chica sonrío agradecida. Antes ella no era así. Antes no era más que una muchacha, algo gorda y fea de la que todos se reían. Pero esa mujer hacia tiempo que había muerto y había nacido otra que era capaz de hacer suspirar a hombres y mujeres por igual.
    
    Se encontraba ante una de las muchas fábricas abandonadas en uno de los peores distritos de la ciudad. Los cristales estaban rotos. Había basura y excrementos por todos lados. Algún vagabundo dormía la mona. Un lugar poco apropiado para alguien del poder económico del que gozaba la joven.
    
    Se dirigió a una de las puertas vigiladas por dos gigantescos gorilas armados. La miraron de arriba a abajo antes de que uno de ellos llamará a la puerta.
    
    Un hombre mayor. Calvo y con unos penetrantes ojos azules abrió la puerta. Este, contempló a la joven con indiferencia.
    
    – ¡Señorita Jiménez! – dijo el hombre con un tono neutral. – Tan puntual como siempre. Si no fuera porque conozco su procedencia estaría seguro de que sería británica. – Tenemos preparado su bonificación mensual. Entre una cosa y otra han sido casi un millón. Espero también que quiera disfrutar del producto.
    
    – Por supuesto, Jeremías. Y por cierto. Llámame Elena.
    
    El hombre indicó a Elena que la siguiese por la vacía y abandonada planta. Aún había máquinas antiguas y una cinta transportadora gigantesca. Restos de piezas y herramientas por el suelo.
    
    Bajaron por un montacargas y llegaron a un subsotano donde dos hombres y una mujer, muy elegantemente vestidos, disfrutaban de una copa. Elena sonrío mientras se dirigía a la barra. Un musculoso hombre desnudo le sirvió una copa para dedicarse después a seguir follando con violencia la boca de un escuálido joven que estaba encadenado en un rincón.
    
    – Al parecer el servicio también disfruta de las atenciones del ganado del lugar. – Uno de los hombres se sentó al lado de Claudia que seguía vsiendo como el hombre violaba, sin piedad, la boca del joven.
    
    – Todo el mundo tiene derecho a disfrutar de las cosas que nos ofrece la vida. Incluso nosotros. – Elena le devolvió una sonrisa.
    
    Jeremías apareció por la puerta acercándose discretamente a Elena.
    
    – Señorita. Su habitación está preparada. Espero que disfrute de su estancia. – Elena vio ...
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